
El presidente Javier Milei, quien llegó al poder con una retórica feroz contra la “casta política”, vuelve a quedar bajo la lupa por una decisión que contradice su discurso fundacional. En las últimas horas se confirmó que Andrés Leone, el amigo íntimo de Milei, integrará la lista de candidatos a diputados nacionales por La Libertad Avanza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Leone no es un desconocido en el entorno libertario. Compartió con el jefe de Estado los años de la secundaria, y ha sido parte del círculo más estrecho del Presidente desde sus años como economista mediático. Aunque no cuenta con trayectoria política ni experiencia legislativa, su inclusión en el puesto número siete de la lista que encabeza Alejandro Fargosi, lo deja muy cerca de ser diputado.
La incorporación de Leone pone en evidencia una paradoja que se repite cada vez con más frecuencia en la gestión libertaria. El jefe de Estado, que construyó su identidad política sobre la denuncia de los vicios del sistema, recurre ahora a una práctica habitual entre los partidos tradicionales: premiar la lealtad personal con cargos públicos.
Este tipo de nombramientos, lejos de ser excepcionales, se han vuelto recurrentes en el gobierno de Milei. Desde familiares en puestos estratégicos hasta amigos en listas electorales, el oficialismo parece replicar los mecanismos que antes denunciaba con vehemencia.
GZ