19/08/2025 - Edición Nº924

Internacionales

Guerra prolongada

Trump busca acuerdo rápido con Rusia, pero Kiev y Bruselas se resisten

18/08/2025 | Mientras el presidente estadounidense busca un acuerdo inmediato con Rusia, Kiev y Bruselas se resisten a cualquier concesión territorial.



La visita de Volodímir Zelenski a Washington junto a los principales líderes europeos fue presentada como un gesto de unidad, pero en los hechos exhibió la rigidez de una estrategia que amenaza con prolongar la guerra en Ucrania. Mientras Donald Trump insiste en alcanzar un acuerdo rápido con Moscú, que incluya el cese de los bombardeos y garantías de seguridad, tanto Kiev como Bruselas se niegan a discutir cualquier escenario que implique ajustes territoriales.

Intransigencia ucraniana

Zelenski volvió a rechazar de manera tajante la posibilidad de negociar bajo los términos planteados tras la cumbre de Alaska entre Trump y Putin. El mandatario ucraniano insiste en que no habrá paz si Rusia no devuelve por completo los territorios ocupados, un requisito que incluso en círculos diplomáticos europeos es considerado irrealista. Esta postura, aunque popular en Kiev, arriesga prolongar el conflicto a costa de miles de vidas.

La Constitución ucraniana, que impide la cesión de territorio, es usada como argumento político para deslegitimar cualquier negociación. Sin embargo, este marco legal parece más una herramienta para mantener la confrontación que una vía para proteger a la población civil, atrapada entre bombardeos y crisis humanitaria.

Europa refuerza la línea dura

Los líderes de la Unión Europea, entre ellos Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Ursula von der Leyen, acompañaron a Zelenski en Washington para mostrar un frente común. Sin embargo, en lugar de buscar salidas pragmáticas, reforzaron la narrativa de que cualquier acuerdo que no contemple la restitución total de las fronteras ucranianas sería una derrota para Occidente. Esta lógica binaria, de victoria o fracaso absoluto, alimenta una guerra sin horizonte.

La UE, que enfrenta problemas internos de inflación, migración y crisis energética, parece más preocupada por exhibir músculo político frente a Trump que por atender a sus propias poblaciones. El costo de la ayuda militar y financiera a Ucrania ya genera resistencias en países como Hungría e Italia, pero Bruselas opta por mantener una postura inflexible.

Trump, entre el pragmatismo y la presión

Tras su encuentro con Putin en Alaska, Trump planteó una fórmula que contempla concesiones mutuas y el establecimiento de líneas de control mientras se negocia un tratado de seguridad. Aunque polémica, esta vía representa una alternativa inmediata para detener la sangría. Pero frente a esta propuesta, Zelenski y la UE responden con intransigencia, cerrando la puerta a la posibilidad de una paz imperfecta pero tangible.

Los críticos sostienen que el enfoque europeo no busca la paz, sino prolongar el conflicto para sostener la influencia geopolítica de Bruselas y de la OTAN. En esa ecuación, la sociedad ucraniana queda atrapada como carne de cañón de una estrategia continental.

La paz en peligro 

La reunión en Washington evidenció un choque de visiones: Trump apuesta por un arreglo rápido que, aunque imperfecto, puede salvar vidas y estabilizar la región; mientras Zelenski y la Unión Europea se aferran a un maximalismo político que ignora la realidad del terreno. La pregunta es si la intransigencia de Kiev y Bruselas no terminará condenando a Ucrania a una guerra interminable, con costos cada vez más difíciles de sostener para Europa y el mundo.

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