19/08/2025 - Edición Nº924

Internacionales

Retorno político

Jorge Quiroga pasa a segunda vuelta en Bolivia con un plan económico liberal

19/08/2025 | El expresidente boliviano avanza a segunda vuelta frente a Rodrigo Paz, proponiendo un plan económico de apertura y respaldo internacional.



El escenario político boliviano atraviesa un punto de inflexión. Jorge “Tuto” Quiroga, expresidente entre 2001 y 2002, se ha consolidado como uno de los protagonistas de la contienda electoral tras superar la primera vuelta y asegurar su lugar en la segunda ronda frente a Rodrigo Paz. Con un discurso de experiencia y tecnocracia, Quiroga busca capitalizar el desgaste del Movimiento al Socialismo (MAS), que tras dos décadas de dominio político sufrió su peor derrota electoral.

El exmandatario boliviano se presenta como un candidato liberal-conservador que promete abrir la economía al capital extranjero, industrializar el litio y reconstruir la confianza internacional en Bolivia. Su propuesta incluye un rescate de 12.000 millones de dólares, avalado por organismos financieros internacionales, para estabilizar las finanzas del país y relanzar sectores clave antes de fin de año.

Una figura con experiencia

Quiroga inició su carrera política en los años noventa y llegó a la presidencia tras la renuncia de Hugo Banzer en 2001. Formado como ingeniero industrial en Texas A&M y con un MBA en St. Edwards, ha cultivado una imagen de tecnócrata cercano a Estados Unidos y al sector empresarial. Esa trayectoria constituye hoy su carta de presentación frente a un electorado que reclama gestión eficiente en medio de una crisis económica prolongada.

El candidato insiste en que su principal ventaja es la experiencia y asegura que, a diferencia de otros aspirantes, conoce la maquinaria estatal y sabe cómo aplicar reformas en poco tiempo. Con un tono pragmático, Quiroga ha repetido en campaña: “Sé cómo hacerlo. Lo he hecho en el pasado”.

Propuestas económicas

El programa de Quiroga contempla la reducción de impuestos a la inversión extranjera, la apertura del sector energético y la liberalización de importaciones, especialmente de combustibles. También plantea entregar un título de propiedad popular de 1.500 dólares a cada adulto para facilitar el acceso al crédito, con el fin de dinamizar el consumo y las pequeñas inversiones.

La industrialización del litio se ha convertido en una de sus banderas, en un contexto en el que Bolivia posee una de las mayores reservas mundiales. Quiroga busca atraer capitales internacionales que aporten tecnología y financiamiento, convencido de que el país debe dejar de ser solo un exportador de materia prima y avanzar hacia un modelo productivo de valor agregado.

Un rival inesperado

En la segunda vuelta, Quiroga se enfrentará a Rodrigo Paz, quien dio la sorpresa al liderar la primera ronda con cerca del 32% de los votos. Paz propone una descentralización del gasto público bajo un esquema 50-50 entre gobierno central y regiones, el cierre de empresas estatales ineficientes y el uso de tecnologías como el blockchain para combatir la corrupción.

El contraste entre ambos candidatos es evidente. Mientras Paz busca presentarse como un reformista moderado con innovaciones digitales, Quiroga apuesta por un giro liberal clásico, apoyado en financiamiento internacional y en su reputación como gestor experimentado.

El fin de la hegemonía del MAS

La gran derrotada en este proceso ha sido la fuerza política que dominó Bolivia durante las dos últimas décadas: el Movimiento al Socialismo (MAS). Ni Evo Morales ni su delfín electoral lograron convencer a un electorado que parece cansado de la narrativa socialista y de la gestión económica de los últimos años.

La salida del MAS del centro del tablero abre una nueva etapa política en Bolivia. La disputa ya no se plantea entre socialismo y anti-socialismo, sino entre dos proyectos de modernización que difieren en su grado de apertura económica y en su visión sobre la relación del Estado con el mercado.

El peso de las alianzas

De cara a la segunda vuelta del 19 de octubre, ambos candidatos buscan sumar apoyos de las fuerzas menores que quedaron fuera de competencia. Quiroga intenta captar el voto de centro-derecha y el respaldo del empresariado, mientras Paz se acerca a sectores juveniles y urbanos que piden renovación.

La clave estará en quién logre articular mejor las alianzas territoriales y generar confianza en un país polarizado por la crisis económica. En este escenario, los pactos políticos serán determinantes para definir al próximo presidente.

Una nueva era 

La candidatura de Quiroga refleja un intento de recuperar el protagonismo de una elite tecnocrática que apuesta por la apertura y el capital extranjero como vía para rescatar la economía boliviana. Su perfil conecta con un electorado que valora la experiencia y la promesa de estabilidad, aunque también despierta recelos por su cercanía a Washington y a organismos internacionales.

El duelo con Rodrigo Paz marcará un cambio de era en Bolivia: tras el derrumbe del MAS, el país se debate entre un giro liberal-conservador de la mano de Quiroga o una modernización descentralizada con sello generacional liderada por Paz. El resultado definirá no solo el rumbo económico, sino también el lugar que ocupará Bolivia en el escenario internacional de la próxima década