
Oscar Cuartango, abogado y exministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires durante las gestiones de Daniel Scioli (2007-2015), es reconocido por su extensa carrera vinculada al mundo laboral y sindical. Referente histórico del peronismo bonaerense, ha sido una voz constante en defensa de los derechos de los trabajadores y en favor del diálogo social como herramienta para resolver conflictos.
En una entrevista mantenida en el living de NewsDigitales, Cuartango repasó la situación actual del empleo en la Argentina y advirtió que las reformas impulsadas por el Gobierno nacional deben respetar la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos y laborales.
Para Cuartango, el eje central de la crisis laboral está en la informalidad: “El trabajo no registrado alcanza prácticamente a la mitad de los trabajadores del sector privado. Ronda entre el 45% y el 47%, y esto implica también una economía en negro que sostiene esos salarios. Las pymes, que son las principales generadoras de empleo, son a su vez las más afectadas por esta situación”.
El exministro propuso encarar este desafío con medidas concretas: “Planteamos un reseteo: condonar deudas a las pequeñas y medianas empresas que regularicen a sus trabajadores, con la condición de mantener esos empleos durante un tiempo equivalente al que estuvieron en negro. Si no cumplen, la deuda reaparece. Así se evita la ‘avivada’ de regularizar y luego despedir.”
Cuartango sostuvo que el orden fiscal y la eficiencia del Estado son necesarios, pero no deben confundirse con la destrucción de derechos adquiridos: “Los recursos del Estado son escasos y hay que administrarlos bien. Pero de ahí a destruir todo hay una gran distancia. La motosierra sirvió como eslogan de campaña; ahora hay que usar el bisturí para mejorar con precisión quirúrgica, no para arrasar.”
El exfuncionario diferenció entre modernizar la legislación laboral y eliminar la protección sindical: “Una cosa es adaptar las normativas y convenios colectivos a las nuevas realidades, y otra es hacer tabla rasa con los derechos. El Gobierno, bajo la bandera de la reforma laboral, pretende dejar que cada trabajador negocie solo con su empleador. Eso sería lo óptimo desde la lógica libertaria, pero el trabajador individual es como una hoja al viento en el vendaval capitalista”.
Cuartango defendió la necesidad de sindicatos fuertes, aunque también pidió que se transformen: “No hay peor situación para los trabajadores que la falta de sindicatos. Aun reconociendo que muchos gremios deben cambiar y mejorar, la negociación colectiva es irremplazable para equilibrar las relaciones laborales”.
Cuartango también cuestionó la “mala fe” con que se ha promovido la figura del trabajador autónomo para eludir responsabilidades laborales: “El emprendedurismo es positivo cuando es genuino. Pero no es lo mismo un plomero que va a tu casa, te pasa un presupuesto y cobra por su cuenta, que el mismo trabajador cumpliendo tareas fijas en una empresa. Ahí hay relación de dependencia y debe haber protección social.”
Incluso respecto de los trabajadores de plataformas, como los repartidores, Cuartango llamó a evitar extremos: “Ni son completamente autónomos ni son empleados tradicionales. Tiene que haber un punto intermedio. La libertad de horario no es incompatible con la relación de dependencia y con los derechos laborales.”
Cuartango también apuntó a la dirigencia de su propio espacio político: “Que Milei nos gobierne hoy no es solo mérito de Milei, también es culpa de quienes lo antecedieron y no hicieron las cosas como debían. Perón decía que cuando se pierde una elección no hay que culpar al adversario, sino ver qué hicimos mal nosotros, y eso no se está haciendo”.
Además, pidió cambiar el tono de la oposición: “No hay que gritar como grita Milei ni insultar como insulta Milei. Tenemos que parar la pelota y responder con argumentos y propuestas. Parte de lo que plantea el Gobierno tiene algún asidero porque la política dejó de responder a la ciudadanía.”
El exfuncionario criticó la falta de consensos básicos que garanticen previsibilidad: “Nos faltan políticas de Estado permanentes. No puede ser que cada cambio de gobierno dé un giro de 180 grados. Eso nos hace mucho daño en energía, transporte, producción y empleo. Tiene que haber cinco o seis políticas consensuadas que permanezcan intactas, gobierne quien gobierne.”
Con una mirada pragmática y un fuerte anclaje constitucional, Cuartango subrayó que los cambios deben ser graduales y basados en el respeto a la ley: “Más allá de lo ideológico, la Constitución y los tratados internacionales de trabajo y derechos humanos son claros. Podemos discutir reformas, pero mientras estén vigentes deben respetarse irrestrictamente”.