
El sacerdote Juan Carlos Molina será candidato a diputado nacional por Santa Cruz en el frente Fuerza Santacruceña, la expresión del peronismo en la provincia. Se trata de una figura con peso simbólico: cura, militante y exfuncionario del kirchnerismo durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, donde dirigió la Sedronar entre 2013 y 2015.
Molina anunció su decisión en su programa radial “Rompiendo Moldes”, donde apeló a un tono combativo: habló de “hacer lío” y de que la política requiere “transformación radical”. Sus dichos, alineados con las consignas del Papa Francisco, buscan movilizar a un electorado desencantado con la dirigencia tradicional, pero también despiertan incomodidad en sectores más moderados del justicialismo.
La candidatura de un cura no es una novedad en la historia política argentina, pero sí un desafío en tiempos de creciente apatía social y fuerte crítica a los privilegios de la política. Molina combina discurso religioso y político, una mezcla que puede atraer a votantes cansados de los tecnócratas, aunque también genera ruido por la fina línea entre fe y gestión pública.
Desde Buenos Aires, el kirchnerismo nacional avala su postulación, confiando en que su perfil “de base” sirva para retener una banca en un distrito clave para el peronismo. En Santa Cruz, la tierra de los Kirchner, el oficialismo local apuesta a que su carisma compense las divisiones internas y la pérdida de territorialidad frente a las fuerzas libertarias y provinciales.
Su salida del aire radial y sus mensajes en redes sociales dejaron claro que su compromiso político será total: “Ya estamos, ahora hay que seguir andando nomás”, citando a monseñor Angelelli. Una señal de que Molina busca instalarse no sólo como candidato circunstancial, sino como voz política de peso en un escenario electoral que todavía luce abierto.
Y bueno...
— Juan Carlos Molina (@juanKa_molina) August 18, 2025
No hay que sacarle el culo a la jeringa.
Ya estamos, ahora "hay que seguir andando nomás", como decía Angelelli.