21/08/2025 - Edición Nº926

Internacionales

Choque diplomático

Cartel de los Soles: EE.UU. lo vincula al terrorismo y despliega fuerzas

20/08/2025 | Washington eleva la presión al vincular al Cartel de los Soles con Maduro y desplegar fuerzas en el Caribe.



La escalada entre Estados Unidos y el gobierno de Nicolás Maduro entró en una fase inédita. Tras años de acusaciones sobre narcotráfico y violaciones a los derechos humanos, Washington decidió catalogar al Cartel de los Soles como organización terrorista, lo que implica una asociación directa entre el mandatario venezolano y la amenaza global del terrorismo. El cambio de narrativa, de dictador a terrorista, marca un salto cualitativo en la estrategia estadounidense hacia Caracas.

En paralelo, Estados Unidos anunció la confiscación de activos por unos 700 millones de dólares vinculados a Maduro, que incluyen propiedades, aeronaves y cuentas bancarias. Además, el Departamento de Estado ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Esta combinación de presión económica, diplomática y militar busca aislar a un régimen que resiste apoyado en su aparato represivo y en una narrativa de resistencia nacionalista.

La designación terrorista

La declaración del Cartel de los Soles como grupo terrorista internacional permite a Washington usar herramientas más allá de la justicia ordinaria. Esto significa involucrar al Pentágono, a la CIA y a toda la estructura de seguridad nacional bajo el mismo marco legal que se utiliza contra Al Qaeda o el Estado Islámico. La medida fue defendida por Marco Rubio, secretario de Estado, como una forma de enfrentar a Maduro con todos los recursos disponibles.

Este cambio legal supone un punto de inflexión en la política hacia Venezuela. Mientras las sanciones económicas y diplomáticas no lograron forzar un cambio de gobierno, el nuevo marco abre la puerta a operaciones militares encubiertas o abiertas en el Caribe. Washington dejó claro que no descarta ninguna opción, lo que incrementa la tensión regional.

Despliegue militar en el Caribe

En el terreno militar, Estados Unidos anunció el envío de tres destructores con misiles guiados, además de un submarino de ataque y aviones de vigilancia al límite del mar territorial venezolano. Se estima que unos 4.000 marines podrían ser movilizados para reforzar la presencia estadounidense en el Caribe sur. El objetivo declarado es frenar el narcotráfico, pero el mensaje político es inequívoco: presión directa sobre Caracas.

Esta demostración de fuerza busca disuadir a Maduro y a sus aliados internos de continuar con operaciones vinculadas al tráfico de drogas y al financiamiento de grupos armados. La Casa Blanca interpreta la conexión entre el Cartel de los Soles y sectores militares venezolanos como una amenaza continental. La presencia de tropas y naves estadounidenses tan cerca de las costas venezolanas es un gesto de alto impacto simbólico y estratégico.

Respuesta del chavismo

El régimen de Maduro respondió cerrando filas. Voceros como Diosdado Cabello, Vladimir Padrino López y el canciller Yván Gil calificaron las acusaciones como "infundadas" y "propaganda política". Según su versión, Washington utiliza estas medidas para desestabilizar y preparar el terreno para una intervención militar que violaría la soberanía venezolana. La narrativa oficial insiste en presentar a Maduro como un líder acosado por el "imperialismo".

En el plano interno, el gobierno ordenó activar milicias populares y reforzar la seguridad en instalaciones estratégicas. Esta reacción busca transmitir la imagen de un país movilizado en defensa de su independencia. Sin embargo, también refleja la preocupación real de un aparato estatal que ve en la escalada estadounidense una amenaza concreta a su supervivencia.

Escenario regional

La crisis no solo afecta a Venezuela y Estados Unidos. Los países vecinos, especialmente Colombia y Brasil, observan con cautela el riesgo de un conflicto que desestabilice al continente. Un enfrentamiento directo en el Caribe sur tendría consecuencias en rutas comerciales, seguridad fronteriza y flujos migratorios. La Organización de Estados Americanos y algunos gobiernos de la región han pedido moderación y evitar que la tensión derive en un enfrentamiento armado.

A la vez, Rusia e Irán reiteraron su apoyo al chavismo, denunciando la postura de Washington como una "provocación inaceptable". El alineamiento de potencias externas subraya el carácter geopolítico de la disputa, que trasciende lo bilateral y coloca a Venezuela en el centro de la competencia global.

Un extraño viraje 

El viraje de Estados Unidos al presentar a Maduro ya no solo como un dictador, sino como un actor terrorista, marca un salto en la confrontación. Se trata de una estrategia que busca erosionar su legitimidad interna y externa, ampliando el rango de acciones justificadas en nombre de la seguridad internacional. Las incautaciones de activos y el despliegue militar forman parte de una campaña coordinada que acerca a Washington a escenarios de mayor confrontación.

No obstante, el riesgo de una escalada militar abierta plantea dudas sobre la estabilidad regional. Si bien la presión estadounidense refuerza la narrativa de aislamiento del chavismo, también alimenta la cohesión interna del régimen y fortalece la intervención de aliados externos. El desenlace dependerá de la capacidad de Maduro de sostener su poder frente a un cerco cada vez más estrecho.