
Cadelago llevó su fiesta Optimus el pasado sábado al boliche palermitano Groove para llenar de ritmo la noche con una oferta tan variada como interesante donde distintos djs fueron matizando y llevando a los asistentes a un viaje que los transportó por distintos lugares, con altos y bajos, descansos y explosiones.
Sobre la medianoche el opening estuvo a cargo de Camila Galli haciéndole honor a lo que le tocaba hacer y mientras la gente iba llegando, a un volumen moderado, los fue recibiendo para que la gente empiece a acomodarse y saborear lo que se venía. Cerca de la 1 entró en escena Saflo, quien nos fue sorprendiendo hasta hacernos creer que era un warmup moderado, correcto, hasta que arrancó a bombear la máquina del ritmo generando un clima para recibir a Cadelago, que tuvo la particularidad de ser un main que estuvo antes del dj que cerraba la noche. ¿No entiende? Ya les explico.
Pablo Cadelago es el organizador de la Fiesta Optimus y, como se hubiese esperado, tendría que haber cerrado la noche tocando en último lugar. En un gesto de generosidad y, tal vez, de astucia, estuvo en el medio de la noche dejándole el cierre a Martín Angrisano, de quien hablaremos más adelante.
De 3 a 5 Cadelago no se guardó NADA. Encendió la máquina del ritmo para subirnos a una montaña rusa de emociones y bpms. ¿Pizzas? Sí, pero de las ricas eh, gourmet y ya dejemos de mirar mal a los djs que ponen canciones populares porque cuando miramos alrededor vemos a la gente encendida como nunca. En este furioso set de dos horas y monedas pasaron Lady Gaga, Michael Jackson, AC/DC, The Outfield y algunos guiños a Diplo y Kolombo. No hubo respiro para una performance inteligente, con una lectura de pista clave para saber por dónde ir, dónde bajar, dónde subir y cuándo parar.
A las 5 entró en escena Martín Angrisano y era imposible seguirle el ritmo al set que habíamos escuchado y en otra demostración de astucia se cargó un set oscuro y potente pero no por eso menos bailable rompiendo algunos manuales de la electrónica para transformarse en un dj de cierre con aires de warmup y nadie, absolutamente nadie dijo nada.
Excelente organización, rápida entradas, luces y sonido óptimos y un line up que no defraudó. Un verdadero caos organizado. Larga vida a las fiestas "populares" en la electrónica y que convivan con las de nicho porque en la posibilidad de elegir está la gracia que la escena siga creciendo cada año un poco más.
Quienes vayan al show Optimus van a poder disfrutar del verdadero #SonidoCade, donde se vive este concepto en su máxima expresión, acompañado de un juego de luces y visuales único, sincronizados con la música, ideado por Pablo Cadelado.