26/08/2025 - Edición Nº931

Política

Entrevista NewsDigitales

Daniel Arroyo: “La malnutrición infantil es hoy el mayor drama social de la Argentina”

24/08/2025 | El exministro de Desarrollo Social y actual diputado nacional dejó definiciones sobre la crisis social, la pobreza infantil, la deuda de las familias y el rol del Estado.



El actual diputado nacional y exministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, visitó el living de NewsDigitales y dejó definiciones sobre la situación social del país, la necesidad de políticas públicas sostenidas y el rol que debe cumplir el Estado.

Con una extensa trayectoria política -que incluye su paso por la gestión de Alberto Fernández, donde impulsó la creación de la Tarjeta Alimentar y la Mesa contra el Hambre- Arroyo volvió a remarcar que la Argentina necesita soluciones prácticas y de largo plazo para revertir los altos niveles de pobreza y desigualdad.

“Puse en marcha la Tarjeta Alimentar para mejorar la nutrición de los chicos y evitar que reproduzcan la pobreza. No lo hice pensando en la pandemia, pero fue providencial: había 11 millones de personas que asistir alimentariamente”, recordó Arroyo, al repasar su gestión como ministro.

“La malnutrición infantil es el problema central”

Arroyo explicó que el principal desafío no es solo la falta de alimentos sino la mala calidad de la dieta. “Nutrirse bien es caro. Comer leche, carne, frutas y verduras cuesta, y por eso muchas familias terminan comiendo solo fideos, harina o polenta. Cuando un chico se nutre mal, no desarrolla peso, talla ni capacidades intelectuales. Eso reproduce la pobreza de generación en generación”, analizó.

En este sentido, defendió la continuidad y el aumento de la Tarjeta Alimentar: “Es una política que orienta el consumo hacia alimentos de mejor calidad. Pero no alcanza solo con transferir dinero: hay que sostener una estrategia integral y prolongada para garantizar una buena nutrición en un país que produce alimentos y no debería tener hambre”.

“El Estado debe compensar las desigualdades de base”

Arroyo subrayó que el Estado tiene que garantizar un piso de igualdad real: “Todos los chicos tienen que ir al jardín desde los 3 años y terminar la escuela secundaria. Nos faltan 3.000 jardines de infantes. En el caso de las personas con discapacidad, el Estado debe compensar un costo adicional del 30% que tienen las familias. No se trata de igualarnos a todos, sino de asegurar un punto de partida común”.

En su rol legislativo, destacó la sanción de la Ley de Emergencia en Discapacidad: “De todos los sectores que están mal, el que peor está es el de las personas con discapacidad y sus familias. Trato de transformar las ideas en cosas prácticas: la ley busca garantizar tratamientos, educación y rehabilitación frente al ajuste”.

“El Gobierno se corrió del territorio”

El diputado cuestionó que la actual gestión nacional redujo su presencia en los barrios: “Aumentó el monto de la AUH y la Tarjeta Alimentar, pero se retiró de los comedores y del acompañamiento social. Eso genera una municipalización de la crisis: todo termina en la puerta del intendente”.

Según Arroyo, los barrios populares hoy muestran un entramado agotado: “Hay maestras, curas, pastores, enfermeras y organizaciones sociales que ponen el cuerpo todos los días. Pero están exhaustos. El problema ya no es solo que avanza el narcotráfico, sino que quienes sostienen la comunidad se están cayendo. El Estado tiene que volver a articular con ellos y no creer que solo con transferencias de dinero alcanza”.

“El sobreendeudamiento y la implosión social son señales de alarma”

Arroyo advirtió sobre dos fenómenos críticos que atraviesan a la Argentina actual:

  • El sobreendeudamiento de las familias: “Todos tenemos costos fijos altos -luz, gas, alimentos, transporte, medicamentos- y como no alcanza, la gente se endeuda para vivir. Tapás agujeros, arrancás el mes siguiente debiendo y se hace larguísimo. Hicimos un estudio: el 85% no sabe cuánta plata debe exactamente. Eso genera tensión permanente”.
     
  • La implosión social: “No hay una explosión de protestas, hay gente que revienta para adentro. Eso se traduce en violencia cotidiana: me rozo con alguien en la calle y terminamos a las trompadas o a los tiros. El Gobierno transfiere dinero, pero no interactúa con la vida diaria de la gente. Si un país vive mucho tiempo en implosión, tarde o temprano estalla”.

Con mirada autocrítica sobre la política, consideró que la falta de representación real explica buena parte de la apatía electoral y el 50% de abstención en varios comicios recientes: “La sociedad está cansada. Necesitamos políticas sostenidas y un Estado que compense desigualdades. En un país que produce alimentos no puede haber hambre ni malnutrición”.