
El "phubbing" es una de esas palabras nuevas que describe una escena cada vez más común: estar en una conversación y que, de repente, la otra persona desvíe su mirada hacia la pantalla del celular, como si el mundo digital fuera más importante que la presencia física. El término, que proviene de la unión de "phone" (teléfono) y "snubbing" (despreciar) en inglés, no solo se refiere a una falta de cortesía, sino que revela un profundo cambio cultural en la manera en que se relacionana las personas.
Psicólogos locales coinciden en que el phubbing no solo genera frustración en la persona que es ignorada, sino que también multiplica la ansiedad en quien lo practica. "Las personas con este tipo de comportamiento no necesariamente buscan algo específico en sus móviles, sino que presentan baja capacidad de control y ansiedad o temor por perderse 'algo', lo que se conoce como FOMO", explicó la psicóloga Anabella Serventi.
Por su parte, la psicóloga Débora Pedace, especializada en Terapia Cognitiva Conductual, señaló que el phubbing tiene un impacto negativo en todas las relaciones. "En la pareja genera sensación de desinterés, descuido y falta de presencia emocional. En la familia, especialmente con los hijos, puede producir distancia y problemas de comunicación", detalló. Con el tiempo, este comportamiento erosiona la confianza, la intimidad y la calidad de los vínculos.
Aunque el fenómeno afecta a todos, las especialistas coinciden en que no impacta de la misma manera. "Los jóvenes suelen ser más vulnerables porque su vida social está muy ligada a lo digital, mientras que los adultos pueden hacerlo por motivos laborales o por hábito. En cuanto al género, no hay diferencias marcadas: hombres y mujeres pueden caer en esta conducta por igual", destacó Pedace.
El uso de las redes sociales influye en esta tendencia, ya que promueven un comportamiento ligado a la inmediatez y a una baja tolerancia a la frustración. A largo plazo, esta desconexión emocional puede aumentar la ansiedad, la irritabilidad y la sensación de soledad.
Ambas especialistas coinciden en que el phubbing tiene solución. El primer paso es tomar conciencia del problema. Para combatirlo, sugieren pautar horarios para el uso del celular y evitar tenerlo durante encuentros significativos. Una estrategia útil es designar un lugar en el hogar donde dejar los dispositivos al ingresar, y usar un reloj visible para no depender del teléfono para chequear la hora.
Este fenómeno abre un debate más amplio sobre el uso de la tecnología y cómo la urgencia de estar conectados convive con la dificultad de estar realmente presentes en nuestras interacciones humanas.