
La exdiputada Mirta Tundis cuestionó el enfoque que sucesivos gobiernos han tenido sobre el sistema previsional, influenciados —según ella— por una mirada economicista que considera a los jubilados como un gasto. “No son un gasto, son una inversión" porque, según explicó, los jubilados cuando tienen dinero en el bolsillo lo vuelcan al consumo, y eso genera un aumento en la recaudación.
Respecto al esquema actual de movilidad jubilatoria, Tundis fue tajante: los aumentos otorgados en los últimos meses no representan mejoras reales, sino compensaciones parciales por lo perdido. “Si se hubiese aplicado la fórmula anterior, hoy la mínima estaría en 430 mil pesos y no en 320 mil”, señaló. Además, advirtió que con una inflación persistente “ninguna fórmula es mágica”, pero reclamó que el Estado busque mecanismos que eviten el empobrecimiento sistemático de los adultos mayores.
Consultada sobre el impacto fiscal del gasto previsional, Tundis desmintió que las jubilaciones sean el problema. “El problema no son los jubilados, sino la alta informalidad laboral. De 17 o 18 millones de personas en edad de aportar, solo lo hace la mitad o menos. Ahí está el verdadero déficit”, sostuvo.
“La corrupción es sistémica y siempre impacta en los jubilados. Si se recortan medicamentos o hay sobreprecios, el ajuste lo terminan pagando ellos”, denunció, en referencia a los recientes escándalos por compras irregulares de fármacos oncológicos.
GZ