
El escándalo por las presuntas coimas en la compra de medicamentos no sólo golpea al Gobierno en los tribunales y en los medios internacionales, también abrió un frente inesperado: la furia del ejército de trolls de Santiago Caputo, que ahora sienten que quedaron expuestos defendiendo lo indefendible.
“Nosotros ponemos la cara y estos se afanan todo”, fue la frase que circuló entre los activistas digitales, que habían salido a respaldar al oficialismo en otras polémicas. El enojo es tal que Karina Milei sospecha que fueron ellos quienes filtraron los audios que comprometen a funcionarios cercanos al Presidente.
La tensión con Santiago Caputo no es nueva. Karina ya le había prohibido visitar a Milei en Olivos y ahora lo responsabiliza por la operación. En paralelo, un diputado libertario aseguró que los trolls podrían haber difundido el material como represalia por haber sido excluidos de las listas electorales.
Otros sectores dentro de La Libertad Avanza vinculan la crisis con la pelea de Karina contra Sandra Pettovello y la guerra interna con los Menem. La ministra de Capital Humano fue una de las primeras en denunciar irregularidades con proveedores, lo que la colocó en la mira de la hermana presidencial.
Mientras tanto, los trolls temen perder sus contratos en empresas estatales, donde fueron ubicados como parte del reparto de poder que no logró concretar las privatizaciones. La dependencia de Caputo los obliga a callar en público, aunque el malestar sigue creciendo.
En este escenario, Milei enfrenta una disyuntiva: si se desprende de Pettovello, queda aislado bajo el dominio de Karina y los riojanos; si avanza contra Martín Menem y José Luis Pagano, confirma de hecho la veracidad de los audios que desataron la tormenta. El resultado es un oficialismo atravesado por su propia guerra interna.
DM