27/08/2025 - Edición Nº932

Política

Ruta del dinero K

¿El apellido Menem nuevamente envuelto en otra historia de corrupción familiar?

25/08/2025 | Hasta acá, nadie afirma y nadie niega, pero todos los argentinos suponen lo que ya dejó de ser novedad: otra vez la corrupción en la Argentina. Más allá de si hubo o no un delito, la noticia resuena.



Mientras Eduardo “Lule” Menem niega rotundamente haber recibido o repartido sobres de coimas en el escándalo ANDIS, el apellido Menem vuelve a quedar en el ojo de la tormenta. La historia parece repetirse: escándalos sucesivos, encubrimiento y entramados con el poder. Los invito a mirarlo en perspectiva.

Menem (1989-1999): una década de denuncias

La presidencia de Carlos Menem fue signada por múltiples episodios polémicos:

Swiftgate (1990-91): el embajador de EE.UU. denunció coimas para favorecer a un frigorífico en trámites de importación; provocó renuncias ministeriales.

Yomagate (1991-94): Amira Yoma y su familia fueron investigados por presunto lavado de dinero vinculado al narcotráfico.

Escándalo Siemens (1996-): pagos irregulares en licitaciones estatales donde figuraban funcionarios del gobierno, caso que también impactó mediáticamente en Estados Unidos.

Contrabando de armas a Croacia y Ecuador y explosión en Río Tercero (1992-95): envío ilegal de armamento y una tragedia silente para ocultar pruebas.

Sobresueldos (pago a funcionarios) y venta fraudulenta del predio de la Sociedad Rural (1991): con condenas firmes, aunque sin prisión efectiva.

En una entrevista, Menem defendió su legado: “En todos los gobiernos hubo corrupción... salvo el mío.”

Hoja de ruta judicial del menemismo

Pese a múltiples investigaciones y acusaciones, Menem fue condenado solo en dos casos: sobresueldos y venta del predio de Palermo. Sin embargo, muchas causas nunca llegaron a juicio o fueron archivadas, beneficiando su impunidad legislativa.

Se lo investigó por su presunta participación en la venta ilegal de armas argentinas a Croacia (país bajo embargo de la ONU en plena guerra de los Balcanes) y a Ecuador (violando el tratado de paz con Perú).

En junio de 2001 cumplió arresto domiciliario durante casi seis meses, bajo el cargo de asociación ilícita, aunque finalmente la Corte Suprema ordenó su liberación por falta de mérito.

Años después, en 2011, Menem fue condenado por contrabando agravado a 7 años de prisión, pero no cumplió pena efectiva por sus fueros como senador y por razones de salud.

También fue condenado en 2015 a 4 años y medio de prisión por administración fraudulenta. La pena quedó firme en 2018, pero no fue encarcelado por su edad avanzada y sus fueros parlamentarios.

Milenio posterior: la reaparición del apellido Menem

Hoy, el nombre Menem reaparece con Eduardo “Lule” y Martín, vinculados al gobierno de Javier Milei. En un comunicado reciente, Lule negó categóricamente haber recibido o repartido sobres de coimas en ANDIS, y calificó las acusaciones como una “burda operación política del kirchnerismo”.

Más allá de sus dichos, el apellido Menem vuelve a estar en el centro de una trama de presunta corrupción, esta vez en el contexto del gobierno libertario de Milei. Aunque los Menem se defienden públicamente, la historia familiar de escándalos resuena fuertemente. Y en medio de una campaña electoral, todo este ruido repercute en el clima político nacional.

Lo que nadie sabe decir es si este ruido, ejectará a los Menem del poder o los hará más sólidos como le pasó al tío patilludo que gobernó una década este país y al igual que Cristina Kirchner se comió los barrotes tras dejar el timón del mando. 

MMU