
Al menos 20 países han bloqueado ChatGPT dentro de su territorio, alegando preocupaciones políticas, culturales y de seguridad. Entre los más conocidos se encuentran China, Corea del Norte, Rusia, Irán y Cuba, donde los gobiernos han decidido restringir el acceso para controlar la información disponible, evitar la influencia extranjera y proteger sus marcos legales y educativos.
China, por ejemplo, ha prohibido ChatGPT en plataformas tecnológicas y ha indicado a grandes empresas que no ofrezcan el servicio a sus usuarios. Como respuesta, surgieron alternativas locales desarrolladas por compañías chinas, como DeepSeek, Qwen, Baichuan y Hunyuan. Estos modelos buscan ofrecer capacidades similares a ChatGPT, adaptadas a la regulación china y con un enfoque en la seguridad, el control de datos y la censura de contenidos sensibles según la política del país. Algunos de estos modelos han sido entrenados con enormes bases de datos en chino y ajustados para tareas educativas, comerciales y de asistencia al cliente, convirtiéndose en una parte creciente del mercado tecnológico interno.
El fenómeno no es exclusivo de China. En Rusia, por ejemplo, el gobierno ha restringido el uso de ChatGPT dentro de instituciones estatales y ha promovido el desarrollo de modelos nacionales de inteligencia artificial para garantizar la seguridad de la información. Corea del Norte y Cuba mantienen bloqueos totales, lo que refleja la preocupación de estos regímenes por la influencia cultural y política que puede tener el acceso a herramientas de IA extranjeras.
Las restricciones a ChatGPT también evidencian un debate global sobre el control de la inteligencia artificial. Mientras algunos países priorizan la innovación y la adopción de estas tecnologías, otros buscan proteger su soberanía digital y limitar el impacto de modelos extranjeros que podrían difundir información contraria a los intereses del Estado. Esta división ha impulsado un auge de modelos locales, fomentando competencias internas y acelerando la inversión en investigación y desarrollo en inteligencia artificial.
A medida que la IA se expande, también surgen desafíos adicionales: la adaptación de contenidos a los marcos legales locales, la seguridad de los datos, la protección de la privacidad y la necesidad de garantizar que estas herramientas no se utilicen para difundir desinformación o manipular la opinión pública. El bloqueo de ChatGPT en numerosos países subraya cómo la tecnología, aunque global, se enfrenta a barreras políticas, culturales y estratégicas que moldean su adopción y desarrollo en diferentes partes del mundo.