
El nombre de Esteban Lindor Alvarado, uno de los principales capos narco de Rosario, volvió a sonar en los tribunales santafesinos. Actualmente detenido en el penal de Ezeiza y con una condena a prisión perpetua en su haber, comenzó a ser juzgado desde este lunes como presunto instigador de una violenta balacera ocurrida el 11 de mayo de 2022, en la que resultaron heridos el dueño de un taller de chapería y pintura y un cliente que se encontraba en el lugar.
La fiscal Marisol Fabbro lo acusa de haber ordenado el ataque con el fin de apropiarse del galpón y utilizarlo para guardar vehículos vinculados a la organización criminal que, según la investigación, Alvarado continúa dirigiendo aun desde su encierro. El tribunal encargado del proceso está integrado por los jueces Facundo Becerra, Paola Aguirre y Hebe Marcogliese.
De acuerdo con el expediente, los dos sicarios que irrumpieron en el local abrieron fuego al grito de “venimos de parte de Alvarado”. El tallerista recibió un disparo en la rodilla y el cliente, un balazo en el abdomen, aunque ambos sobrevivieron. Tras los tiros, la víctima terminó cediendo la llave del lugar, que luego fue ocupado por allegados a la banda.
Alvarado no enfrenta solo este juicio. En el banquillo también se encuentran César López Coronel, Lucas Fabián González y Nahuel Yamil Clavero, señalados como los responsables de extorsionar previamente al tallerista y de ocupar el predio luego del ataque. Para ellos, la fiscal solicitó una pena de 18 años de prisión.
El legajo judicial sostiene que, después de la balacera, González y Clavero comenzaron a utilizar el taller como depósito de vehículos adquiridos “por encargo y con dinero de Esteban Alvarado”. Así, el ataque se convirtió en una maniobra más dentro de la red de operaciones ilegales del narco, cuyo poder se mantiene vigente a pesar de su reclusión.
La fiscalía pidió una condena de 20 años de cárcel para Alvarado, que se sumarían a la perpetua que ya purga por otros delitos, entre ellos homicidios y narcotráfico. El debate continuará en los próximos días con la declaración de testigos y la exposición de pruebas que buscan confirmar el rol del capo como instigador de un episodio que volvió a poner en evidencia la capacidad de daño de su estructura criminal.