
El líder opositor boliviano Luis Fernando Camacho, exgobernador de Santa Cruz, obtuvo el beneficio del arresto domiciliario después de pasar casi tres años en prisión preventiva. La decisión judicial se ampara en una reciente disposición del Tribunal Supremo de Justicia que establece que la prisión preventiva no puede exceder los seis meses, lo que obligó a revisar casos emblemáticos de la política boliviana.
Camacho, detenido desde 2022 por su presunta implicación en la crisis política de 2019, se convierte en uno de los primeros opositores en beneficiarse de esta reinterpretación de la norma. Su liberación parcial ha sido recibida con entusiasmo por sectores de la oposición, que la consideran un paso hacia el restablecimiento de la independencia judicial, y con cautela por el oficialismo, que advierte sobre los riesgos de que esta medida sea interpretada políticamente.
El presidente Luis Arce señaló que la Justicia no debe convertirse en un escenario de revancha ni de impunidad, y llamó a que los procesos sigan su curso con transparencia y rigor. Desde el oficialismo, se insiste en que la medida no significa absolución alguna, sino un cambio en las condiciones de detención.
Por su parte, seguidores de Camacho celebraron frente a su domicilio en Santa Cruz, ondeando banderas y proclamando que la medida representa un triunfo democrático. La decisión se produce en un contexto en el que el Movimiento al Socialismo (MAS) atraviesa una profunda crisis tras los resultados adversos en las elecciones generales de agosto, en las que obtuvo apenas un 3% de los votos.
El caso de Camacho podría marcar un precedente en otros procesos de alto perfil. Entre ellos, el de la expresidenta Jeanine Áñez y el del líder cívico Marco Pumari, quienes también permanecen en detención preventiva desde hace años. Si se aplica la misma lógica judicial, podrían pasar a cumplir arresto domiciliario en los próximos meses.
La oposición interpreta estos cambios como un signo de que el sistema judicial comienza a distanciarse de las presiones políticas. Sin embargo, voces críticas advierten que las decisiones aún dependen del clima político y que la independencia plena de la justicia sigue siendo un desafío pendiente en Bolivia.
Hay esperanza. Bolivia está recuperando la independencia de la justicia y los valores democráticos.
— Luis Fernando Camacho (@LuisFerCamachoV) August 27, 2025
El proceso de recuperación del estado de derecho no puede detenerse, aún quedan presos políticos, perseguidos y exiliados que deben volver con sus familias.
Dios mediante,… pic.twitter.com/lA8DAibcCd
La decisión que otorga arresto domiciliario a Luis Fernando Camacho refleja tanto un cambio en la interpretación legal como un momento de transición política en Bolivia. Para la oposición, es una victoria simbólica que puede revitalizar su agenda; para el oficialismo, un recordatorio de que la estabilidad institucional depende de que la Justicia actúe con equilibrio.
En cualquier caso, el paso de Camacho de la celda a su hogar no cierra el proceso judicial en su contra, pero abre un nuevo capítulo en la disputa entre gobierno y oposición en un país marcado por la polarización.