04/09/2025 - Edición Nº940

Internacionales

Milagro asiático

De isla sin recursos a potencia mundial: el secreto de Singapur

31/08/2025 | Expulsado de Malasia en 1965, sin recursos ni ejército, el liderazgo de Lee Kuan Yew logró edificar una de las economías más sólidas del planeta.



En 1965, Singapur parecía condenado al fracaso. La isla, recién expulsada de Malasia, carecía de recursos naturales, ejército y hasta agua potable propia. La comunidad internacional lo veía como un estado inviable, demasiado pequeño para sobrevivir y atrapado en un contexto de tensiones raciales y pobreza generalizada. Sin embargo, lo que para muchos era un callejón sin salida se transformó en el inicio de una de las historias de desarrollo más admirables del siglo XX.

Al frente de este proceso estuvo Lee Kuan Yew, el primer ministro que decidió que el destino de su país no sería la resignación. Su visión fue clara: erradicar la corrupción, apostar por la educación, abrirse al mundo e instalar una ética de trabajo y disciplina que convirtiera a Singapur en un socio confiable para la inversión internacional. Con políticas pragmáticas, transformó a la ciudad-estado en un nodo estratégico de comercio, finanzas e innovación.

Del fracaso anunciado al modelo global

La primera prioridad fue construir un aparato estatal eficiente. Lee implementó una administración pública meritocrática y transparente, que rápidamente atrajo la confianza de empresas extranjeras. Singapur ofrecía lo que otras naciones en desarrollo no podían garantizar: seguridad jurídica, infraestructura moderna y un entorno libre de corrupción. Esa combinación lo convirtió en un imán para multinacionales que buscaban una base estable en Asia.

Paralelamente, se impulsaron políticas sociales de gran calado. La vivienda pública, el acceso a la educación de calidad y la formación de un ejército mediante el servicio militar obligatorio fortalecieron tanto la cohesión social como la defensa nacional. Singapur, pese a su tamaño, se propuso ser un país pequeño pero imposible de doblegar, bajo la idea de ser una “gamba venenosa”: diminuta, pero letal ante cualquier amenaza.

Un salto económico sin precedentes

El resultado fue un crecimiento vertiginoso. En apenas unas décadas, el país pasó de ser una isla empobrecida a tener un PIB per cápita superior al de Estados Unidos, Reino Unido y gran parte de Europa. Los pantanos dieron paso a rascacielos, los barrios marginales a modernos distritos financieros y el puerto de Singapur se consolidó como uno de los más dinámicos del mundo.

Hoy, el llamado “milagro de Singapur” es referencia para países en desarrollo que buscan inspiración. El éxito se explica no solo por la estrategia económica, sino también por la construcción de un proyecto nacional basado en el orden, la disciplina y la visión de largo plazo. Lejos de rendirse ante la adversidad, Singapur demostró que incluso un territorio sin recursos podía reinventarse y competir con las grandes potencias.

Un gran futuro 

La historia de Singapur es la prueba de que el liderazgo, la visión estratégica y la integridad institucional pueden más que la geografía o la riqueza natural. El legado de Lee Kuan Yew no fue únicamente levantar una economía sólida, sino demostrar que un país puede construirse desde cero si se apuesta por la transparencia, la educación y la apertura al mundo.

En tiempos donde muchas naciones aún luchan contra la corrupción y la inestabilidad, Singapur sigue brillando como ejemplo de lo que es posible cuando el poder se ejerce con determinación y responsabilidad.

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