03/09/2025 - Edición Nº939

Internacionales

Cambio regional

Kazajistán se adelanta a Rusia: ¿qué está haciendo diferente?

31/08/2025 | El FMI proyecta que en 2025 Kazajistán superará por primera vez a Rusia y China en ingresos per cápita, consolidando su rol como nueva potencia emergente.



Un giro histórico está ocurriendo en el corazón de Eurasia. Según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kazajistán alcanzará en 2025 un PIB per cápita de US$ 14.770, cifra que supera por primera vez al de Rusia (US$ 14.260) y China (US$ 13.690). Este hito refleja no solo un avance económico contundente, sino también un cambio en el balance de poder dentro del espacio postsoviético.

Mientras Rusia lidia con las sanciones derivadas de la guerra en Ucrania y enfrenta una economía en estancamiento, Kazajistán ha logrado sostener un crecimiento estable. El Banco Mundial estima que el país creció un 4 % en 2024 y podría alcanzar entre 4,5 y 5 % en 2025, impulsado por la expansión petrolera, las exportaciones y políticas fiscales activas. La diferencia es clara: mientras Moscú enfrenta aislamiento, Astaná apuesta por la apertura y la diversificación.

La fortaleza energética como motor

La producción de petróleo sigue siendo clave. En junio de 2025, Kazajistán alcanzó un nivel récord gracias a la expansión del campo Tengiz, con un aumento del 7,5 % en la producción diaria. Esto le permite no solo consolidar sus ingresos fiscales, sino también ampliar sus rutas de exportación, reduciendo la dependencia de Rusia al recurrir a alternativas como el oleoducto BTC hacia el mar Mediterráneo.

El dinamismo energético se complementa con una estrategia de diversificación. Kazajistán busca atraer inversiones extranjeras en sectores como minería, logística e infraestructura. El gobierno promueve un marco legal más abierto y confiable para el capital internacional, posicionándose como destino alternativo a las economías en crisis de la región.

Un contraste con Rusia

Las diferencias entre Astaná y Moscú se han vuelto cada vez más notorias. Mientras Rusia intenta resistir con una economía cerrada y dependiente del gasto militar, Kazajistán ha entendido que el tamaño y la historia no garantizan éxito, pero la adaptabilidad sí. Esta flexibilidad le permite aprovechar los cambios del mercado global y mantener su crecimiento incluso en un entorno incierto.

Para analistas regionales, el ascenso kazajo es también un reflejo de cómo las sanciones internacionales están reconfigurando el espacio euroasiático. Con un PIB per cápita superior y un modelo económico más abierto, Kazajistán se perfila como un socio más atractivo para Occidente y Asia.

Un ejemplo para otros

El adelantamiento de Kazajistán sobre Rusia en PIB per cápita no significa que el país haya alcanzado aún el poder absoluto de su vecino en términos militares o geopolíticos, pero sí marca un cambio profundo en la percepción regional. La narrativa del “gigante ruso” comienza a resquebrajarse, y un país de la estepa se levanta como modelo emergente.

La lección es clara: en un mundo marcado por la volatilidad, los ganadores serán aquellos que diversifiquen sus economías, fortalezcan su infraestructura y mantengan puentes abiertos con el comercio global. Kazajistán, hasta ahora a la sombra de Moscú, está demostrando que adaptarse puede ser más poderoso que resistir.