04/09/2025 - Edición Nº940

Internacionales

Repercusiones regionales

La caída de al-Rahawi y su efecto en la política del Golfo Pérsico

31/08/2025 | La eliminación de Ahmed al-Rahawi reacomoda la dinámica en Kuwait, Omán y Arabia Saudita, generando efectos estratégicos en toda la región.



El ataque aéreo que terminó con la vida de Ahmed al-Rahawi, primer ministro del gobierno hutí en Yemen, ha marcado un nuevo capítulo en la política de seguridad del Golfo. El hecho no solo altera la estructura de poder en Saná, sino que también introduce un matiz de incertidumbre y reajuste diplomático entre los estados vecinos.

El episodio deja entrever un cambio en los equilibrios regionales. Con la salida de una figura central en la cúpula hutí, se abre un escenario en el que las amenazas inmediatas contra la península parecen atenuarse, aunque persiste la necesidad de cautela y vigilancia constante por parte de los actores del Golfo.

Kuwait: preocupación y cautela

En Kuwait, la respuesta oficial fue prudente. El emirato expresó inquietud por la posibilidad de que el ataque aéreo desencadene una escalada, insistiendo en la necesidad de mantener canales diplomáticos abiertos. Su postura refleja la prioridad de proteger su estabilidad interna y evitar arrastres hacia un conflicto más amplio.

Al mismo tiempo, la reacción kuwaití no implicó distanciamiento de sus socios regionales. El emirato conserva una coordinación estrecha en temas de seguridad, y aunque su discurso se inclinó hacia la moderación, su práctica política mantiene un alineamiento con el bloque del Golfo.

Omán: el mediador persistente

El sultanato de Omán reforzó su rol tradicional como facilitador de diálogo. Condenó el uso de la fuerza, pero lo hizo con un lenguaje que evita confrontaciones directas y preserva su papel como puente en las negociaciones entre distintos actores de la región.

Esta postura le permite conservar un margen de neutralidad que resulta útil en contextos de tensión. Con ello, Omán reafirma su perfil de mediador confiable, lo que lo mantiene como un canal de comunicación indispensable en medio de una coyuntura sensible.

Arabia Saudita: estabilidad y proyección

La muerte de al-Rahawi tiene implicaciones directas sobre la seguridad en la península arábiga. Durante años, los hutíes habían ejecutado ataques con drones y misiles que alcanzaron infraestructuras críticas, lo que colocaba bajo presión a las principales economías del Golfo. La desaparición de un referente estratégico reduce, al menos temporalmente, la capacidad de coordinación de esos ataques.

Al mismo tiempo, este desenlace abre espacio para avanzar en proyectos de desarrollo y diversificación económica que requieren un entorno más estable. El horizonte de inversiones en el Mar Rojo y las perspectivas de cooperación regional se ven reforzadas, ofreciendo señales de continuidad en la agenda de modernización y crecimiento en el Golfo.

Equilibrio regional en transición

La región se encuentra ahora en un punto de inflexión. Cada país ajusta sus prioridades: Kuwait mantiene cautela, Omán preserva su rol de mediador y la península en su conjunto percibe una reducción de las amenazas inmediatas.

Más allá del impacto puntual en Yemen, los gobiernos del Golfo miran hacia adelante, valorando cómo este cambio puede consolidar una etapa de mayor estabilidad y oportunidades estratégicas para sus sociedades y economías.