10/09/2025 - Edición Nº946

Internacionales

Bonanza petrolera

Guyana en las urnas: el dilema entre riqueza petrolera y corrupción

01/09/2025 | Las elecciones generales definen si el país logra convertir su boom energético en desarrollo equitativo o queda atrapado en corrupción y desigualdad



Guyana acudió a las urnas este 1 de septiembre de 2025 en unas elecciones que trascienden lo político y se adentran en el terreno económico y social. Con apenas 800.000 habitantes, el país caribeño se ha transformado en una de las economías de mayor crecimiento del mundo gracias al petróleo, cuyos ingresos han multiplicado el presupuesto nacional. Sin embargo, la bonanza también despierta temores sobre la dependencia excesiva del crudo y la falta de diversificación.

El presidente Irfaan Ali, que busca la reelección, ha presentado como logro central las millonarias inversiones en infraestructura, educación y programas sociales financiados por el petróleo. Sus opositores, en cambio, acusan al gobierno de clientelismo político, corrupción y mala gestión de los recursos. Para muchos ciudadanos, la riqueza prometida aún no se traduce en mejoras palpables en el costo de vida, el acceso a vivienda o la reducción de la desigualdad.

Oposición fragmentada

El principal rival de Ali es Aubrey Norton, líder de la coalición opositora APNU, quien denuncia que los contratos petroleros favorecen a las multinacionales y no al pueblo guyanés. Su propuesta apunta a renegociar los términos de explotación y garantizar que los beneficios lleguen a todos los sectores sociales. Sin embargo, la oposición llega dividida y enfrenta dificultades para consolidar un frente común capaz de desafiar al oficialismo.

Una tercera fuerza, We Invest in Nationhood (WIN), liderada por el empresario Azruddin Mohamed, ha irrumpido con un discurso populista que promete repartir directamente los ingresos del petróleo. Su figura despierta entusiasmo entre jóvenes y sectores desencantados, aunque las sanciones impuestas por Estados Unidos contra su familia por actividades financieras opacas generan dudas sobre su credibilidad.

El desafío de la equidad

Aunque el petróleo ha llevado el PIB guyanés a cifras récord, gran parte de la población sigue sin acceso a servicios básicos de calidad. La inflación, la especulación inmobiliaria y el encarecimiento de alimentos erosionan los beneficios de la bonanza para los sectores populares. Para muchos, el auge petrolero corre el riesgo de convertirse en un ejemplo clásico de la llamada “maldición de los recursos”.

La campaña ha estado marcada por la tensión entre la narrativa oficial de progreso y las denuncias opositoras de que la riqueza no se distribuye de manera justa. En un país atravesado por divisiones étnicas históricas, las elecciones se convierten en un campo de disputa sobre quién controla y reparte la riqueza petrolera.

Un nuevo futuro 

Más allá de la continuidad o el cambio en el liderazgo, el reto central para Guyana será evitar que la abundancia de petróleo se traduzca en dependencia y desigualdad. La elección refleja un dilema común a muchos países ricos en recursos: cómo convertir la renta petrolera en desarrollo sostenible y equitativo. Lo que ocurra en Guyana no solo definirá su futuro interno, sino que también servirá de referencia para otras naciones emergentes atrapadas entre riqueza súbita y fragilidad institucional.