
En Tigre, el intendente Julio Zamora además de repudiar a su partido histórico de pertenencia, el peronismo, optó por un camino más controvertido: financiar a sus opositores políticos utilizando recursos públicos, según se denunció. En un movimiento estratégico, resucitó el partido vecinal Acción Comunal, bajo la candidatura de su socio Matías Orfo, consolidando así un modelo de lealtad basada presuntamente en el dinero del contribuyente.
Acción Comunal, antiguo bastión bajo el liderazgo del ex intendente Ricardo Ubieto, se mantuvo en la cúspide del poder local durante más de 20 años. Sin embargo, la maniobra de Zamora, al aliarse con los radicales no parece ser una respuesta inmediata al clima político de cara a 2025, sino más bien un plan meticulosamente diseñado que fue tomando forma a lo largo de los últimos años.
Según un informe realizado por RealPolitik, del 18 de octubre de 2021, el primer candidato de la lista de Acción Comunal, Matías Orfo, demostraba que estaba trabajando para ser una alternativa local para el 2023, pero dos meses después, fue nombrado por Luis Zamora para ocupar un cargo en el municipio con un sueldo de $1.800.000, designándolo como Director Coordinador de Consejos locales.
Actualmente, Orfo volvió a ser candidato de Acción Comunal, y su equipo de comunicación se dedica a borrar las huellas de su pasado en el municipio y su vínculo con Zamora.
Esto despierta cuestionamientos sobre el uso de recursos municipales para fortalecer estructuras políticas que históricamente fueron rivales.
El intendente, que está en la mira por su creciente acumulación de poder, utiliza los fondos públicos como una herramienta para garantizar su propia posición, mientras alimenta a aquellos que deberían ser sus adversarios. Este escenario revela un entramado en el que la lealtad se compra y se vende, dejando a los ciudadanos de Tigre en medio de una lucha política desvirtuada.