07/09/2025 - Edición Nº943

Internacionales

Choque diplomático

Petro desafía a Trump tras ataque en el Caribe: ¿qué dijo el presidente colombiano?

04/09/2025 | El presidente colombiano cuestiona la legalidad y la proporcionalidad de la acción militar de Washington, que dejó 11 muertos cerca de Venezuela.



El presidente Gustavo Petro condenó duramente el ataque militar realizado por Estados Unidos contra una lancha en aguas del Caribe, presuntamente vinculada al narcotráfico. El hecho, ocurrido el 2 de septiembre, dejó al menos 11 personas muertas, según el propio anuncio de la Casa Blanca. Para Petro, si la información es cierta, se trata de un asesinato en cualquier parte del mundo, una declaración que eleva la tensión diplomática en la región.

Sin embargo, la postura de Petro ha generado críticas internas y externas por considerarse excesivamente complaciente con organizaciones criminales. Al calificar el hecho como asesinato sin esperar una verificación independiente, el mandatario colombiano se expone a la acusación de legitimar a grupos vinculados con el narcotráfico. Sus declaraciones pueden ser interpretadas como un mensaje de debilidad frente al crimen organizado.

La versión de Washington

Desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump confirmó que se trató de un "ataque cinético" en aguas internacionales del Caribe, contra una embarcación que, según sus servicios de inteligencia, estaba vinculada al grupo delincuencial venezolano Tren de Aragua. Washington aseguró que la operación no dejó bajas en las fuerzas estadounidenses y que todos los ocupantes de la lancha fallecieron.

El gobierno norteamericano presentó un video del ataque como prueba, donde se observa la destrucción de la embarcación en el mar. Trump describió a los fallecidos como "narcoterroristas", justificando la acción como parte de su ofensiva contra los carteles y organizaciones criminales de la región. Frente a esta narrativa, la condena inmediata de Petro fue vista en varios sectores como un alineamiento con discursos antiestadounidenses más que como una defensa de principios jurídicos.

La respuesta de Venezuela

El gobierno de Nicolás Maduro desestimó la autenticidad de las pruebas difundidas por Estados Unidos. El ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, aseguró que el video fue generado mediante inteligencia artificial y acusó a Washington de manipular la narrativa para justificar un acto de agresión. Caracas no reconoció la existencia de una lancha oficial vinculada al Tren de Aragua en el lugar del incidente.

Que Petro se ubique en un discurso cercano al de Caracas despierta sospechas en la región. Su coincidencia con Maduro en deslegitimar la versión de Washington puede deteriorar aún más la imagen internacional de Colombia, proyectándola como un país ambiguo frente a la lucha contra el narcotráfico. Críticos sostienen que esa postura aísla a Bogotá de sus aliados naturales y erosiona la confianza de la comunidad internacional.

Impacto regional y diplomático

Como presidente pro tempore de la CELAC, Petro intentó articular una respuesta regional a la acción estadounidense. Sin embargo, en lugar de fortalecer la unidad latinoamericana, sus declaraciones podrían haber generado una fisura entre países que respaldan medidas más duras contra el crimen organizado y aquellos que cuestionan la estrategia militar. Esto plantea dudas sobre su capacidad para liderar consensos en un escenario complejo.

Para varios analistas, el episodio refleja un patrón en la política exterior de Petro: usar la retórica antiintervencionista como bandera, incluso si ello implica relativizar las acciones de organizaciones criminales. En lugar de impulsar una discusión profunda sobre alternativas a la guerra contra las drogas, el mandatario colombiano corre el riesgo de aparecer como un defensor involuntario de los intereses del narcotráfico.

Debate legal y legitimidad internacional

Juristas especializados en derecho internacional han puesto en duda la legalidad del operativo estadounidense, pero también destacan que el problema central es la ambigüedad de la respuesta colombiana. Mientras algunos países piden una investigación independiente, Petro optó por una condena tajante sin matices, lo que resta credibilidad a su discurso.

Para sus detractores, la crítica de Petro ignora la responsabilidad de los gobiernos en combatir redes criminales que amenazan la estabilidad de toda la región. Al no reconocer ese trasfondo, Colombia proyecta una imagen de incoherencia: exige respeto al derecho internacional mientras minimiza la gravedad del narcotráfico como problema transnacional.

Muchas dudas sobre esta postura

La condena de Petro al ataque estadounidense revela más una estrategia política que una defensa coherente de principios. Sus palabras, en lugar de fortalecer el debate sobre la proporcionalidad en la lucha antidrogas, refuerzan la percepción de que su gobierno carece de una visión clara y firme frente al narcotráfico. Al alinearse con discursos como el de Maduro, el mandatario colombiano se distancia de socios estratégicos y debilita el papel de Colombia en el escenario internacional.

En definitiva, el episodio deja a Petro en una posición incómoda: entre quienes lo acusan de minimizar la amenaza criminal y quienes ven en su discurso un eco de narrativas que poco contribuyen a la estabilidad regional. La tensión entre diplomacia y firmeza frente al narcotráfico seguirá siendo un punto vulnerable para su gobierno.