
Casi 26 millones de argentinos padecen sobrepeso u obesidad, según un alarmante informe presentado en el XXIII Congreso Argentino de Nutrición. Este documento, elaborado por un equipo de especialistas liderado por el licenciado Sergio Britos, no solo confirma la magnitud de la epidemia, sino que también revela una grave paradoja: Argentina produce un exceso de calorías, pero con un marcado déficit de nutrientes esenciales.
El estudio detalla que el sistema alimentario argentino genera más de 3.300 calorías y 120 gramos de proteínas por persona, una cantidad más que suficiente para alimentar a toda la población. Sin embargo, esta producción se concentra en granos, aceites y carnes, mientras que la de frutas, verduras, lácteos y legumbres es insuficiente. Esta descompensación, sumada a los altos costos de los alimentos más saludables, agrava la situación nutricional del país.
El informe también pone el foco en los sectores más vulnerables. La inseguridad alimentaria en 2024 afectó al 35,5% de los niños y adolescentes. Esto significa que más de uno de cada tres chicos no accede de manera sostenida a los alimentos que necesita y, en muchos casos, la poca comida que llega a su mesa carece de calidad nutricional.
Los expertos remarcan que el problema no es la falta de alimentos, sino los incentivos económicos que determinan qué se produce y a qué precios se distribuye. El informe cuestiona la actual Canasta Básica de Alimentos por no reflejar una dieta saludable y señala las limitaciones de programas sociales como el Plan AlimentAr y los comedores escolares, cuya eficacia se ve mermada.
Además, el documento observa deficiencias en la implementación del Etiquetado Frontal de Alimentos, cuya efectividad es limitada sin campañas educativas que acompañen la medida, dejando a los consumidores sin herramientas para tomar decisiones informadas.
Los autores del informe concluyeron que se necesita un cambio estructural en las políticas públicas. Entre las medidas propuestas, destacan:
*Reducir los costos de los alimentos más nutritivos.
*Mejorar la educación alimentaria.
*Garantizar que las guías nutricionales se traduzcan en acciones concretas.
"La evidencia está disponible. La urgencia, también. Lo que falta es voluntad política para encarar un cambio estructural", afirmó Britos.