10/09/2025 - Edición Nº946

Internacionales

Estrategia rusa

El ultimátum de Putin en Beijing que podría cambiar el rumbo en Ucrania

04/09/2025 | Desde Beijing, el presidente ruso planteó el fin del conflicto mediante negociaciones y advirtió que Rusia tiene los medios para cerrar la guerra por la fuerza.



El presidente ruso Vladimir Putin lanzó un mensaje categórico sobre el rumbo de la guerra en Ucrania: “El conflicto puede terminar con negociaciones, o lo terminaremos nosotros por la fuerza”. La declaración, realizada en Beijing tras participar en la conmemoración del 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, busca posicionar a Moscú como el actor que aún mantiene abierta la puerta a la paz, pero que no está dispuesto a prolongar indefinidamente un enfrentamiento que considera artificialmente alimentado por Occidente.

Putin afirmó que Rusiaprefiere una salida diplomática” y que está lista para dialogar “con quienes quieran la paz y el sentido común”. Sin embargo, dejó claro que el país cuenta con los medios militares para imponer el fin del conflicto si Kiev se niega a negociar. Este doble mensaje refleja una estrategia de presión calculada: tender la mano al diálogo, pero sostener la amenaza de la fuerza como garantía de que la propuesta sea tomada en serio.

Un líder que marca la agenda

La ofensiva diplomática de Putin no es aislada. En paralelo a su discurso, Moscú lanzó ataques contra infraestructura estratégica ucraniana, demostrando que tiene la capacidad de escalar la guerra si lo desea. Para los analistas rusos, este despliegue combina la dureza militar con la oferta política, obligando a Kiev y a sus aliados a evaluar seriamente el costo de prolongar el enfrentamiento.

El presidente ruso también se apoyó en un marco histórico y simbólico: hablar desde Beijing, junto a Xi Jinping y Kim Jong-un, proyecta la imagen de un bloque de potencias no alineadas con Occidente. Al situar su ultimátum en ese contexto, Putin reforzó la narrativa de que Rusia no está aislada y de que puede apoyarse en alianzas estratégicas para resistir las sanciones y sostener el esfuerzo bélico.

La debilidad de Kiev

El gobierno ucraniano rechazó las palabras de Putin, calificándolas de “inaceptables”. Sin embargo, los analistas destacan que Kiev enfrenta crecientes dificultades económicas, energéticas y militares, dependiente casi por completo de la ayuda occidental. Los últimos ataques masivos con drones y misiles rusos evidencian que la infraestructura ucraniana está bajo enorme presión, lo que podría acelerar la fatiga social y la demanda de un alto el fuego.

Mientras tanto, en Occidente comienzan a surgir diferencias sobre la estrategia a seguir. Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha intensificado sus llamados a un acuerdo rápido, mientras que líderes europeos como Emmanuel Macron presionan para que Ucrania considere garantías de seguridad que abran paso a un pacto. Este escenario favorece la posición de Moscú, que busca explotar las fisuras entre aliados para forzar una negociación en sus propios términos.

Fuertes palabras 

El ultimátum de Putin combina pragmatismo y fuerza. Al presentarse como el único actor capaz de ofrecer la paz y al mismo tiempo garantizar una victoria militar, busca colocar a Rusia en la posición de poder decisorio en el conflicto. Kiev queda atrapado entre aceptar un diálogo que podría significar concesiones o enfrentar la maquinaria militar rusa en un terreno cada vez más desfavorable.

Para Moscú, la ventaja está en la ecuación del tiempo: mientras Ucrania se desgasta, Rusia muestra capacidad de resistencia y de forjar alianzas estratégicas. Si la propuesta de Putin es tomada en serio, podría reconfigurar el tablero europeo; si se rechaza, servirá como justificación para una ofensiva que ya se perfila más contundente.

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