
La industria de la pesca argentina atraviesa su peor crisis en la última década y tiene a Mar del Plata como uno de sus epicentros. Los últimos datos del INDEC reflejaron una brusca caída en los índices de producción y encendieron todas las alarmas: La actividad se desplomó el 74.1% internanual en junio y acumuló -19,6% en el primer semestre del 2025.
Varios factores explican el difícil momento de un sector que exporta el 95% de lo que produce y que en 2024 supo aportar UDS 2.000 millones de divisas.
A la caída de los precios internacionales y el bajísimo consumo interno, se suma la fuerte presión impositiva. La industria pesquera abona un canon por Derecho Único de Extracción (DUE) y, a diferencia de otras actividades, no tuvo rebajas en las retenciones por una decisión política del gobierno de Javier Milei.
Los altos costos de producción y el tipo de cambio desfavorable completan un combo que erosionó la rentabilidad. Sus consecuencias impactan de lleno en el plano laboral.
La producción mostró una leve mejora en las últimas semanas con la reactivación de la temporada del langostino en Mar del Plata y comenzaron a operar los barcos tras un largo conflicto sindical. Pero la resolución del conflicto no alcanza para superar la crisis estructural de la industria.
En diálogo con NewsDigitales, Fernando Rivera, presidente de la Cámara de la Industria Pesquera (CAIPA) analizó en detalle la realidad que atraviesa el sector.
En primer lugar, el representante empresarial indicó que uno de los problemas de la industria es su “poca rentabilidad” frente a los productos de criadero: “Tienen precios muchos más bajos. Eso hace que los productos de captura salvaje, como los que son los de la pesca argentina, estén un poco desfasados en el precio” precisó.
“No hay demanda y la actividad se ralentiza y cada vez se está trabajando en menor volumen” sintetizó. Puso como ejemplo a las dificultades que mostró este año la pesca de langostino: “No sacaron los barcos durante dos meses porque el costo de producción era mucho más caro que el costo de venta del producto. Entonces tuvieron que parar los barcos para no tener mayores pérdidas” dijo.
El sector de la pesca sufre una doble imposición. Por un lado, debe pagar el “Derecho Único de Extracción (DUE), un arancel por la captura de recursos vivos marinos, establecido por el Consejo Federal Pesquero.
Por otro, los derechos de exportación o retenciones que, a diferencia del agro, no consiguió rebajas en 2025. El Gobierno nacional considera a la pesca como una actividad extractivista y por ello está sujeta al pago de mayores tributos. Con ello insistió el jefe de Gabinete, Guillermo Francos en su última exposición en Diputados. En las últimas horas, circularon versiones sobre una posible rebaja ante la aguda crisis pesquera, pero no hay confirmaciones oficiales.
“El derecho de extracción se modificó sustancialmente en el curso de este año. Se modificó y se incrementó en una forma muy importante. En algunos casos arriba de un 500%. Eso trae aparejado que si había poca rentabilidad, ahora se la está absorbiendo el derecho de extracción. Es un canon que paga por pescar por los pescados que se extraen” explicó Fernando Rivera.
Sobre las retenciones dijo que la Argentina “es uno de los pocos países del mundo que cobra un impuesto a aquel que exporta. Es una cosa que evidentemente no tiene sentido y que todo el mundo está en contra porque es una forma de impedir o fomentar la exportación y el ingreso de divisas del país” indicó.
Al ser consultado sobre la quita de retenciones al agro o las economías regionales, el representante de las empresas pesqueras contrastó: “No es que nos sintamos discriminados. Lo que pasa es que la actividad es diferente. Acá nosotros estamos procesando o capturando un recurso que es propiedad del Estado. Pero no se puede comparar con el campo. Las explotaciones agrícolas, ganaderas, no tienen una gran cantidad de mano de obra para generar trabajo como sí tenemos nosotros” planteó.
El sector de la pesca argentina tiene un mercado predominantemente externo. El 95% de su producción se vende fuera del país. “Acá el mercado interno el consumo es muy bajo. La gente acá en Argentina no está acostumbrada a comer pescado” señaló Rivera.
Y advirtió: “A nivel de exportaciones, la pesca llegó a superar el volumen de las exportaciones de carnes rojas. La pesca llegó a exportar 2.000 millones de dólares por año. Ahora está exportando menos a consecuencia de la crisis, de la falta de demanda y de todo lo demás. Pero aún genera 1.700 millones de dólares por año. Son cifras muy importantes” consideró.
Los mercados principales del pescado argentino son Europa, China y los Estados Unidos: “Son mercados tradicionales que están hechos hace muchos años y tienen una característica. Los hicieron todos los empresarios. Ahí el Estado no tuvo ningún tipo de intervención. Todo lo que hizo la pesca fue por esfuerzo propio” sostuvo el titular de CAIPA
Sobre el precio del dólar, afirmó que el tipo de cambio “impacta mal” porque “todos los costos internos se incrementaron en una forma mucho mayor al tipo de cambio”.
“Todos los costos son en dólares y acá las cosas son más caras. Después, está todo lo que ocurre como consecuencia del problema que tiene Europa, la guerra de Ucrania y todo lo demás. El consumo se ha reducido en casi todo el mundo. Y al reducirse el consumo, se han reducido los precios” graficó.
La baja rentabilidad del sector, durante lo que va del 2025, tuvo consecuencias en el ámbito laboral. Solo en Mar del Plata, más de 400 trabajadores fueron despedidos en los últimos meses. A ello se agregan cierre de empresas, suspensiones,conflictos sindicales por salarios a la baja y crecimiento de la informalidad laboral.
La situación golpeó especialmente a las plantas procesadoras de pescado en tierra – las que buscan industrializar el producto- y, en menor medida, al sector de la marinería.
“El sector está complicado. Fue muy complicado con una medida de fuerza contra el intento de las empresas de una rebaja salarial de un 30%, en uno de los sectores más redituables para lo que es la marinería. Entonces fue difícil. Porque el primer semestre se perdió enteramente en esa actividad. Después hubo barcos que no salían, así que fue duro” explicó a este medio Oscar Bravo, secretario seccional de Mar del Plata del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
Por su parte, el titular de CAIPA reconoció que hubo cierre de empresas y disminución de personal. “Sobre todo en las plantas que elaboran el pescado en tierra. Ahí ha habido una disminución. Yo no podría hablar de un porcentaje determinado, pero podríamos calcular que a lo mejor un 20% de la dotación total pudo haber disminuido” señaló a este portal.
Parte del malestar de los trabajadores quedó reflejado en una histórica movilización. En el mes de junio, cientos de trabajadores pesqueros se unieron en el reclamo. Participaron SOMU, el Sindicato Marítimo de Pescadores (SIMAPE), el Sindicato de Obreros Navales, estibadores, transportistas para quejarse contra las ofertas salariales de las patronales.
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— InfoGremiales (@InfoGremiales) June 9, 2025
Multitudinaria movilización de trabajadores pesqueros de Mar del Plata.
Es por la crisis en el sector#InfoGremiales #periodismosindical pic.twitter.com/ciCOMS9cbD
“Ellos – por los empresarios- dicen que el precio ha cambiado, y que la única manera de poder continuar con la actividad sin parar era rebajándonos el 30% del salario. Dicen que ya habían probado la parte impositiva, que ya habían probado por todos lados, que habían pedido rebaja y lo único que quedaba era que la marinería se baje un 30%” cuestionó Bravo.
Pese al escenario complejo, rescató que en el sector de marinería “no hubo ninguna empresa concursada ni nada como ocurrió en tierra”. Pero consideró que “se tiene que salir trabajando. Yo creo que nosotros, por lo menos de nuestra parte, vamos a poner todo lo que esté a nuestro alcance para poder cerrar bien el año” concluyó.