Prisión de Vendin-le-Vieil: interna de presos por reformas penitenciarias

En la prisión de alta seguridad de Vendin-le-Vieil, en el norte de Francia, un grupo de internos inició una huelga de hambre para protestar contra las estrictas condiciones de detención aplicadas desde su traslado a la nueva instalación. La medida refleja el descontento de los presos, quienes aseguran que estas reglas dificultan su vida cotidiana y limitan sus operaciones ilegales, como supuestamente ocurría en cárceles anteriores.

La prisión fue inaugurada en julio de 2025 como parte de un plan del Ministerio de Justicia para albergar a los criminales más peligrosos, principalmente traficantes de drogas condenados, y reforzar la seguridad en el sistema penitenciario. Entre las reformas implementadas se incluyen:

• Celdas individuales con mayor vigilancia, para evitar que los presos coordinen actividades criminales.

• Restricciones en las visitas y el contacto con familiares, limitando la comunicación con el exterior.

• Control estricto de objetos y correspondencia, para prevenir el envío de drogas o dinero.

• Patios y actividades más acotados, reduciendo la posibilidad de organización colectiva.

Estas normas, diseñadas para prevenir la continuación del tráfico de drogas desde dentro de la cárcel, han generado fuertes tensiones. Los internos consideran que son demasiado restrictivas y afectan tanto su rutina diaria como su seguridad dentro de la prisión, motivo por el cual varios decidieron iniciar la huelga de hambre y, en algunos casos, provocaron inundaciones en sus celdas como forma de protesta.

La instalación alberga actualmente a 88 presos trasladados desde otras cárceles, y las autoridades aseguran que no cederán ante la presión, destacando que la prioridad es la seguridad y la reducción del crimen organizado. La huelga evidencia el difícil equilibrio entre garantizar la seguridad interna y mantener condiciones mínimas de convivencia para los reclusos.