
El hilo comenzó en el Senado: tras el rechazo al veto presidencial y la reactivación de la Ley de Emergencia en Discapacidad, Luis Juez pidió unos segundos fuera de reglamento para agradecer el acompañamiento y recordar que el tema involucra a familias que suelen quedar invisibilizadas. Ese gesto fue la chispa que encendió la pelea.
Minutos después, Daniel Parisini -conocido como “Gordo Dan”- publicó en X un mensaje insultante contra el senador, acusándolo de “usar políticamente” la situación de su hija.
En la misma embestida, mezcló datos personales con un viejo expediente de filiación, presentándolo de modo impreciso y con un vocabulario grosero que desató un repudio transversal.
QUÉ LE PASA A MI CELULAR pic.twitter.com/jb2iVZ6yl3
— DAN (@GordoDan_) September 5, 2025
La reacción fue inmediata: dirigentes de distintos espacios repudiaron el tono y las alusiones personales. En paralelo, usuarios cercanos al oficialismo digital celebraron el posteo y lo replicaron, instalando el tema en la conversación pública.
Ante la escalada, Parisini borró la publicación original. Pero lejos de bajar el perfil, volvió a escribir: reformuló el mensaje con un lenguaje apenas más formal y repitió la acusación de que Juez “hace política barata” con un tema sensible.
El clima se recalentó y el intercambio pasó de la esfera parlamentaria a la trinchera de las redes. Con el tema ya instalado, el influencer redobló la apuesta con un tercer texto, más extenso, reivindicando la “vehemencia” como marca de La Libertad Avanza y cargando contra quienes -según él- “boicotean” el plan económico.
La provocación, presentada como una defensa del proyecto oficial, funcionó como un golpe interno: sacudió al universo mileísta y expuso una brecha entre la militancia digital y los canales institucionales del Gobierno.
— DAN (@GordoDan_) September 5, 2025
Mientras tanto, desde Córdoba llegaron señales claras. Referentes provinciales, entre ellos el gobernador Martín Llaryora y funcionarios de su entorno, expresaron su solidaridad con Juez y reclamaron poner límites a la violencia verbal.
El episodio dejó a la vista que el choque ya no se dirige solo a la oposición kirchnerista o de izquierda: el fuego cruzado ahora alcanza a aliados circunstanciales en el Congreso.
El caso también expuso la circulación de información confusa. Parte de los agravios retomó, de forma tergiversada, una historia de filiación de los años noventa que no involucra a la hija con discapacidad a la que aludió Juez en el recinto.
La mezcla de expedientes viejos, datos personales y acusaciones políticas encendió alertas sobre los límites del debate público y la responsabilidad de quienes intervienen con alto volumen en la conversación.
FS