10/09/2025 - Edición Nº946

Internacionales

Primer santo millennial

Carlo Acutis será canonizado como el primer santo millennial de la Iglesia

06/09/2025 | El joven italiano fallecido en 2006 será proclamado santo este domingo en el Vaticano.



Este domingo 7 de septiembre de 2025, en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV proclamará santo a Carlo Acutis, un adolescente fallecido en 2006 a los 15 años. Será el primer millennial canonizado por la Iglesia Católica, símbolo de cómo la santidad puede vivirse también en tiempos atravesados por internet, las redes y la cultura digital.

Nacido en 1991 en Londres y criado en Milán, Carlo creció en una familia no practicante. Sin embargo, desde pequeño mostró una fuerte inclinación por la fe, influenciado por su niñera polaca, quien le hablaba de Dios y lo llevaba a entrar en cada iglesia que encontraba en la calle. Con apenas cuatro años arrastró a su madre, Antonia Salzano, a redescubrir el cristianismo. Ella, una mujer joven y exitosa, se había alejado de la religión, pero confiesa que la devoción de su hijo la transformó: “Carlo fue mi salvación”.


Carlo Acutis en brazos de su madre, Antonia Salzano, en sus primeros meses de vida, mucho antes de que su ejemplo de fe transformara a toda su familia.

Su vida espiritual se intensificó rápidamente. Recibió la primera comunión a los siete años, y desde entonces asistió a misa diaria, rezó el rosario, practicó la adoración eucarística y se confesaba una vez por semana. Decía que acercarse a la Eucaristía cada día era “el camino más directo al Paraíso”.

Carlo también llevó su fe a lo concreto: visitaba ancianos, colaboraba en comedores populares, ayudaba como catequista y compartía lo que tenía con los más necesitados. Con sus primeros ahorros compró un saco de dormir a un indigente, y acostumbraba a ahorrar dinero para entregarlo a quienes sufrían pobreza. Incluso dentro de su casa mostraba gestos de humildad, como ordenar su habitación para no cargar de trabajo a las empleadas.


Carlo Acutis el día de su Primera Comunión, momento que él definió como “el encuentro más importante de su vida”.

Al mismo tiempo, desarrolló un talento extraordinario para la informática. Inspirado por la Feria de Rimini, comenzó a investigar los milagros eucarísticos en todo el mundo y creó una exposición que se transformó en un sitio web multilingüe. Con apenas 11 años, recopiló 160 paneles sobre casos reconocidos por la Iglesia, que hoy han recorrido más de 10.000 parroquias en distintos países. Pasaba horas frente al ordenador trabajando en ese proyecto, convencido de que la Eucaristía era “lo más increíble del mundo”.

Sus escritos personales revelan una intensa vida interior: “La tristeza es mirarse a uno mismo, la felicidad es mirar a Dios”, anotó en uno de sus cuadernos. También insistía en que la verdadera batalla era vencer las propias pasiones antes que las externas. En el tema de la castidad, alentaba a sus compañeros a vivirla con respeto, convencido de que el cuerpo era “templo del Espíritu Santo”.


Carlo Acutis, apasionado por la informática y la fe, agotó tres ordenadores mientras creaba una muestra sobre milagros eucarísticos, proyecto para el que recorrió Italia y Europa junto a sus padres.

En el verano de 2006 enfermó de leucemia fulminante. Antes de morir, pidió ofrecer sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia. El 12 de octubre de ese año falleció en Monza. En su funeral, multitud de personas a las que había ayudado en secreto se acercaron a despedirlo. Sus restos descansan en Asís, lugar que se ha convertido en destino de peregrinación. Su fama de santidad creció rápidamente. En 2010 se reconoció el primer milagro atribuido a su intercesión: la curación de un niño brasileño que sufría una grave malformación. Más tarde, en 2022, una joven costarricense sobrevivió a un accidente casi fatal tras las oraciones dirigidas a él. Estos dos hechos abrieron el camino definitivo a su canonización.

Carlo no solo transformó la vida de sus padres —que años después tuvieron mellizos que crecieron venerando a su hermano mayor—, sino también de amigos y hasta empleados de su casa, como Rajesh, un trabajador hindú que decidió convertirse al cristianismo tras su ejemplo.

El Papa Francisco lo definió como un joven que supo resistirse a la superficialidad de su tiempo, recordando una de sus frases más repetidas: “Todos nacen originales, pero muchos mueren como fotocopias”. Este domingo, la Iglesia elevará a los altares a un chico de jeans y zapatillas, apasionado por internet y el fútbol, pero sobre todo enamorado de la Eucaristía. Un santo del siglo XXI que muestra que la fe puede vivirse en lo cotidiano y en pleno mundo digital.


Oración del beato Carlo Acutis.