
El cruce del estrecho de Taiwán por dos buques de guerra occidentales volvió a encender las tensiones en Asia-Pacífico. Una fragata canadiense, la Ville de Québec, y el destructor australiano Brisbane atravesaron la estratégica ruta marítima en una operación que China calificó como una “grave provocación” y un riesgo para la estabilidad regional. El Ejército Popular de Liberación aseguró que sus fuerzas detectaron, siguieron y advirtieron a las naves durante todo el trayecto.
Para Pekín, el estrecho forma parte de sus aguas territoriales y cualquier tránsito sin su autorización constituye una violación de su soberanía. Sin embargo, tanto Canadá como Australia argumentan que la maniobra se enmarca en el derecho internacional, específicamente en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), que reconoce al estrecho de Taiwán como un corredor internacional de navegación.
El estrecho de Taiwán es uno de los puntos más sensibles del mapa geopolítico. Además de ser una vía crucial para el comercio mundial, se ha convertido en un epicentro del pulso estratégico entre China y Occidente. Pekín considera a Taiwán como una provincia rebelde y realiza ejercicios militares casi diarios en sus inmediaciones, lo que ha elevado la tensión con Washington y sus aliados.
La presencia de buques occidentales busca enviar una señal clara: las aguas internacionales deben permanecer abiertas y libres de control unilateral. En este sentido, la participación conjunta de Canadá y Australia refuerza el compromiso de varios países de respaldar a Taiwán y contener la presión militar china.
Mientras Pekín acusa a Occidente de escalar la confrontación, en Occidente se sostiene que se trata de operaciones rutinarias de libertad de navegación. Para Taiwán, el paso de estas embarcaciones constituye un respaldo político y simbólico frente a la creciente intimidación militar china.
El incidente se suma a otros episodios recientes de fricción en la región, en los que aviones y barcos chinos han incrementado su actividad cerca de la isla. La comunidad internacional observa con atención la escalada, consciente de que un error de cálculo podría desencadenar una crisis de gran magnitud.
🚨🇨🇳 Taiwan Will Be Liberated. pic.twitter.com/1vKUsqM41Y
— Pamphlets (@PamphletsY) September 5, 2025
El tránsito de los buques canadiense y australiano por el estrecho de Taiwán refleja el choque de visiones sobre el orden internacional. Mientras China insiste en reclamar como propio un paso clave para el comercio global, los países occidentales defienden el principio de mares libres. El episodio reafirma que el futuro del Indo-Pacífico dependerá de este delicado equilibrio entre el respeto al derecho internacional y las ambiciones de Pekín.