11/09/2025 - Edición Nº947

Internacionales

Crimen en Charlotte

Refugiada ucraniana asesinada en un tren por un afroamericano con antecedentes

08/09/2025 | El caso expone fallas en el sistema judicial de EE.UU. y desata un debate racial y mediático sobre la cobertura del crimen.



El asesinato de Iryna Zarutska, una joven refugiada ucraniana de 23 años, conmocionó a Estados Unidos y al mundo. La joven, que había escapado de la guerra en su país, fue brutalmente atacada mientras viajaba en el tren ligero de Charlotte, Carolina del Norte. Las cámaras de seguridad registraron el momento en que fue apuñalada sin previo aviso, un hecho que desató indignación generalizada.

El agresor fue identificado como Decarlos Brown Jr., un hombre afroamericano, sin hogar y con un extenso historial de delitos violentos. Pese a múltiples antecedentes y problemas de salud mental, Brown había sido liberado en enero de este año por decisión judicial, lo que generó fuertes críticas al sistema de justicia estadounidense. La pregunta que domina el debate es cómo una persona con tal historial pudo quedar en libertad para cometer un crimen de esta magnitud.

Debate racial y mediático

El caso no tardó en convertirse en un nuevo capítulo del debate racial en EE.UU.. Diversas voces señalaron que la identidad racial del asesino influyó en la cobertura mediática inicial, menos intensa que en otros casos recientes. Líderes de opinión denunciaron una doble vara en el tratamiento de la noticia: mientras otros crímenes se convierten en foco nacional inmediato, el asesinato de Zarutska tardó en recibir atención masiva.

La discusión se amplificó en redes sociales, donde se comparó la reacción pública con situaciones en que el perfil racial de la víctima y del victimario era distinto. Para muchos, la invisibilización parcial del caso refleja un sesgo que agrava la polarización social.

Críticas al sistema judicial

La liberación de Brown meses antes del asesinato es vista como un fracaso institucional. La jueza responsable enfrenta cuestionamientos por haber ignorado advertencias sobre el comportamiento errático del agresor. Se argumenta que, de haberse tomado medidas de contención, la tragedia podría haberse evitado. El episodio ha sido utilizado como ejemplo de cómo la corrección política y la falta de controles eficaces pueden derivar en consecuencias fatales.

La familia de Zarutska, mientras tanto, recibió el apoyo de miles de personas que organizaron campañas de solidaridad. En contraste, causó escándalo la aparición de una colecta en internet que buscaba fondos para el acusado, lo que fue rápidamente eliminado tras las críticas.

Una lamentable situación 

El asesinato de Iryna Zarutska es más que un caso policial: revela las fallas estructurales del sistema judicial estadounidense y la dificultad del país para enfrentar sus tensiones raciales y mediáticas. La condición del agresor como afroamericano se volvió un eje central del debate, mostrando tanto los sesgos de cobertura como la incapacidad institucional de prevenir la violencia.

La tragedia de Zarutska, una joven que buscó refugio en EE.UU. y encontró la muerte en el transporte público, es un recordatorio doloroso de las contradicciones de un sistema que promete protección, pero que en la práctica deja vulnerables a quienes más lo necesitan.

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