Ryan Reynolds reconoció que hizo algo ilegal para ser Deadpool

Ryan Reynolds, el protagonista de Deadpool, confesó públicamente un secreto que durante años fue un rumor en la industria: él mismo filtró el metraje de prueba de Deadpool en 2014, un acto que calificó como ilegal pero que resultó clave para que la película se convirtiera en realidad. Durante una charla en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), Reynolds compartió la historia que cambió el rumbo de su carrera.

El actor explicó que, tras grabar un metraje de prueba en 2012 junto al director Tim Miller, 20th Century Fox no mostró interés en producir una película de Deadpool con clasificación para adultos, debido a la preferencia del estudio por proyectos más familiares. Frustrado, Reynolds decidió filtrar el video animado, que mostraba el potencial de un Deadpool fiel al cómic. “Sí, hice un poco de trampa, pero creo que intuí algo que le interesaría a la gente”, dijo en el TIFF. La respuesta del público fue abrumadora, forzando al estudio a aprobar la película en solo 24 horas.

La filtración del metraje, que mostraba a Reynolds como el “Mercenario Bocazas” con su humor irreverente y acción visceral, generó un entusiasmo masivo entre los fans, demostrando que había un público para un superhéroe poco convencional. Deadpool (2016) no solo rompió récords al recaudar más de 780 millones de dólares con un presupuesto de 58 millones, sino que también redefinió el género de superhéroes con su humor meta.

Durante años, Reynolds mantuvo la ambigüedad sobre su papel en la filtración, bromeando en entrevistas e incluso en redes sociales. En 2018, por ejemplo, escribió en X: “Sigo buscando al idiota que filtró nuestro metraje de prueba en internet, haciendo que Deadpool recibiera luz verde”. Ahora, en el TIFF, se mostró orgulloso por haber seguido su instinto: “Estoy agradecido de haber hecho lo incorrecto en ese momento”.