
La adaptación de El mago de Oz en The Sphere, la innovadora atracción de Las Vegas, está marcando un hito en la industria del entretenimiento. Esta versión inmersiva de la película de 1939, dirigida por Victor Fleming, capturó la atención de miles de espectadores que pagan cerca de 200 dólares por entrada para experimentar el clásico en una pantalla de casi 50 mil metros cuadrados. Según estimaciones de Wolfe Research, esta atracción generará más de 500 millones de dólares en ingresos brutos para 2026, consolidando a The Sphere como uno de los recintos más rentables del mundo. El éxito de esta producción no solo resalta la visión de James Dolan, presidente y CEO de The Sphere, sino que también abre la puerta a nuevas formas de reimaginar clásicos de Hollywood.
El proyecto, que tuvo un costo cercano a los 100 millones de dólares, es una colaboración entre The Sphere, Warner Bros. y la productora Jane Rosenthal. La película fue adaptada específicamente para el espacio, recortando casi 20 minutos de metraje y utilizando inteligencia artificial para escalar la imagen a la pantalla. Además, se incorporaron efectos especiales innovadores, como un tornado recreado en el interior, manzanas cayendo y monos voladores que parecen interactuar con el público. Estas técnicas fueron desarrolladas bajo la supervisión de Glenn Derry, vicepresidente ejecutivo de MSG Ventures.
El impacto financiero de El mago de Oz ha llevado a los analistas a prever un cambio en la programación de The Sphere. Según Peter Supino de Wolfe Research, “esperamos que el éxito de El mago de Oz impulse los ingresos brutos a más de 500 millones de dólares en 2026, haciendo que las ganancias sean evidentes y convirtiendo a SPHR en una inversión más atractiva”. Este rendimiento económico está motivando a Dolan a explorar acuerdos con estudios como Warner Bros. para adaptar franquicias como Harry Potter y con Disney para títulos como Star Wars.
The Sphere, originalmente concebido como un espacio para conciertos de artistas como U2 y Backstreet Boys, está redefiniendo su identidad con esta incursión en el cine inmersivo. El proyecto de El mago de Oz fue una iniciativa personal de Dolan, un apasionado de la música que incluso insertó digitalmente su imagen y la del CEO de Warner Bros. Discovery, David Zaslav, en la película.