
El príncipe Harry regresó al Reino Unido en una fecha cargada de simbolismo: el tercer aniversario de la muerte de su abuela, la reina Isabel II. Lo hizo en soledad, sin Meghan Markle ni sus hijos Archie y Lilibet, en una visita breve que reaviva el interés por la compleja relación del duque de Sussex con la familia real británica.
El hijo menor del rey Carlos III acudió en privado a la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, donde descansan los restos de Isabel II, el príncipe Felipe, el rey Jorge VI y la reina madre. El príncipe William, junto a su esposa Kate Middleton, encabezó los homenajes oficiales por el tercer aniversario de la muerte de Isabel II, en un acto en el que no participó su hermano Harry. La elección de un homenaje íntimo refleja el delicado vínculo que mantiene con la institución monárquica desde su alejamiento oficial en 2020.
El domingo, el rey Carlos III y la reina consorte asistieron a la iglesia de Crathie Kirk, donde se ofrecieron oraciones por el Día de la Ascensión y en memoria de la duquesa de Kent, esposa del primo de la difunta reina, quien falleció días atrás, según informó un portavoz del Palacio de Buckingham.
El conflicto familiar entre Carlos y Harry, sin embargo, sigue sin resolverse. No se ven desde febrero de 2024, cuando Harry viajó a Londres tras conocer que su padre, de 76 años, estaba en tratamiento por cáncer. El breve encuentro en Clarence House duró menos de 45 minutos y Harry regresó posteriormente a California tras pasar solo una noche en un hotel.
Desde entonces, el príncipe ha regresado tres veces a Londres, pero ninguno de esos viajes incluyó reuniones con la familia real, con quien rompió formalmente en 2020, acumulando resentimientos. “Me gustaría mucho reconciliarme con mi familia”, expresó en mayo pasado a la BBC, agregando: “No sé cuánto tiempo le queda a mi padre”.
En julio, un encuentro entre el encargado de comunicación del rey y la nueva responsable de relaciones públicas de Harry reavivó las especulaciones sobre un posible acercamiento. Una fotografía publicada mostró a ambos reunidos en una terraza, generando titulares sobre un supuesto diálogo en marcha.
Además, Harry asistió a los WellChild Awards, una ceremonia que reconoce a niños y jóvenes con enfermedades graves, causa que apoya desde hace más de una década. Se presentó sonriente y cercano, pero nuevamente sin la compañía de Meghan. La duquesa permanece en Estados Unidos junto a sus hijos, en lo que se interpreta como una decisión de evitar la tensión con la familia real y concentrarse en su vida actual en California.
Su paso por el Reino Unido es breve. Fuentes cercanas aseguran que no tiene previsto reunirse con su padre, ocupado en compromisos oficiales, ni con su hermano William, a pocos kilómetros de distancia en Windsor. La falta de acercamiento entre ambos vuelve a poner de relieve la fractura que atraviesa la familia tras años de desencuentros públicos y privados.
El regreso de Harry coincide con un momento de introspección para la monarquía británica. Isabel II fue un símbolo de estabilidad durante siete décadas de reinado, y su muerte en 2022 marcó un antes y un después para la institución. Hoy, mientras Carlos III busca consolidar su papel y William se prepara como heredero, el lugar de Harry sigue siendo incierto: popular entre muchos jóvenes y en Estados Unidos, pero distante del corazón de la Corona.
En medio de homenajes, obras benéficas y especulaciones, el príncipe continúa transitando una vida entre dos mundos: el de la tradición monárquica que dejó atrás y el de la independencia que intenta construir junto a su familia en América.