12/09/2025 - Edición Nº948

Entretenimiento

Telefe

De ser la estrella de Cebollitas a actuar con Natalia Oreiro y ser amigo de Maradona

09/09/2025 | Brian Caruso, el histórico Gamuza de la serie de fútbol infantil de los 90, pasó por el piso de NewsDigitales y recordó sus años delante de cámara.



Sonrisa pícara y mucha cara de nene. Combo ideal para convertirse en uno de los favoritos de la televisión de los 90: para los más chicos, de la mano de Cebollitas, para el resto de los televidentes, acompañando a Natalia Oreiro en Muñeca Brava. Así fue el camino de Brian Caruso, un actor que supo compartir representante con Adrián Suar y por el que Telefé hizo lo imposible para que no se lo robara el Chueco para sus novelas de El Trece.

Ya de muy chico, en la escuela, Brian Caruso se la pasaba siendo el referente de las obras de teatro infantiles que hacían. Él sabía que tenía algo y no tardó en comunicarle a sus padres la idea de convertirse en actor. Fue su madre la que se enteró de una prueba que estaban haciendo en Telefé, a donde lo llevó para que se mostrara frente a los productores y donde insistió para que le dieran una oportunidad aún cuando el casting de Cebollitas ya se había cerrado.

De esa insistencia nació el proyecto que le cambió la vida. Enrique Torres y Daniel Dátola aceptaron reacomodar algunos libretos y sumas al pícaro Gamuza a las historias de 25 de Mayo, el club infantil más famoso de la historia, que hasta supo contar con apariciones estelares de Diego Armando Maradona. Apariciones que, por supuesto, dejaron su huella en Brian Caruso, que así las recordó en su paso por el living de NewsDigitales

Estamos con una eminencia de la televisión infantil de los 90 y en ese momento era Cebollitas por un lado, Chiquititas por el otro. ¿Se juntaban en algún asalto una fiesta de 15?

A veces era medio complicado. Era complicado porque muy pocas veces coincidíamos en los tiempos. Yo te digo más hablando de la experiencia de los adultos porque yo era muy chico y yo no no me podía llegar a juntar en un asalto. Que de hecho es algo que siempre le decía a mi vieja que en el colegio quería ir a asalto y no podía porque realmente era tipo de lunes a sábados grabar y a veces se me complicaba mucho. Pero sé que algunos se juntaban, no sé si todos, pero había ese… Teníamos muy buena onda grabando con los chicos de Chiquititas.

Se cruzaban bastante...

Nos cruzábamos mucho en los pasillos y a veces cuando estábamos en los famosos corralitos que estábamos todos los actores infantiles ahí y todos los adultos obviamente tenían sus camarines. Pero siempre nos pasamos de un lado para el otro. Ahí se notaba un poco la diferencia de Chiquititas y Cebollitas. Chiquititas era hermoso y Cebollitas era un lugarcito chiquitito. Pero la pasamos muy bien.

¿Cómo es la dinámica de de un chico que actúa desde muy pibe y que a la vez tiene que estudiar?

Era bastante bastante relativo. Yo te puedo hablar de mi caso. Yo siendo muy chico lo que hacía era lo siguiente: iba al colegio a la mañana, después al mediodía me iba a los estudios de Telefe, grabábamos hasta más o menos 8 de la noche, 9, dependiendo cómo venía avanzando y a la noche yo me ponía a estudiar. Lo que yo tenía, algo muy bueno, es que mi viejo, al recibir los guiones, me los leía todos, me los anotaba y solamente me decía, "Che, mira, tenés estas 10 escenas, tenés estas dos escenas". Y siempre me ponía “más”, “menos” o “más y menos”, que era “hablás poco”, “no hablás”, “hablás mucho”. Y era más llevadero. Estudiaba con mi vieja y mi viejo siempre me preparaba todo. Sé que hay algunos casos que si vos necesitás un maestro particular para ciertas materias, te lo daban y hay muchos que estudiaban en los recreos, lo que llamaríamos los espacios muertos. Pero yo por suerte me di cuenta que de chico era muy hábil para estudiar todo al mismo tiempo y que lo retenga en mi cabeza y que me vaya bien en la vida en general.

Y al revés que vayas a la escuela y digan, "Che, ¿qué pasa mañana con el capítulo?"

Pasaba mucho. Pasaba mucho que la gente te decía, "Che, ¿qué pasó?. Porque el capítulo de ayer terminó que le pegan una patada a uno. Che, este lo atropella una moto, ¿qué pasó?". Te decían eso. Pasa que al estudiar rápidamente el guión, a veces no recordaba todo lo que pasaba en los capítulos y como íbamos un poquito más adelantados es como… "Che, le chocaron a Pipo con la moto, ¿qué pasa?"... No recuerdo. No tengo ni idea. No recuerdo. De hecho, me pasó algo muy interesante que cuando en la pandemia volví a ver Cebollitas, me di cuenta de el pedazo de programa que era Cebollitas, el tremendo contenido que era. Hoy, obviamente, muchos te dicen, "es muy censurable, esto no se diría". Obviamente que hay que adaptarse a los 90, pero me pasó que lo volví a ver y dije, "qué buen programa era Cebollitas".

¿Qué fue lo que te llevó a verlo?

Estábamos en plena pandemia, no había mucho para ver y en un momento me saltó a agarrar un disco rígido que tengo donde yo guardo un montón de cosas, entre ellos videos, fotos, todo lo que voy grabando en mi vida. Encontré una carpeta y decía "Cebollitas temporada 1". Pero no en Telefe, porque Telefe en YouTube lo tiene todo subido, lo tenía todo como ya editado que me lo habían pasado, la primera temporada editada y dije, "Che, vamos a arrancar el primer capítulo". Pero fue más curiosidad de decir, "en qué capítulo entraba, qué decía”. Las primeras líneas, obviamente, me las acuerdo. Pero empezamos a verlo y un capítulo llevo otro y un capítulo otro. “Estoy encerrado en mi casa, me pongo cinco capítulos, seis capítulos”. Y empecé a verla y ahí dije, "loco, qué programón”.

¿Podría volver Cebollitas?

Sí, obvio. Fueron dos temporadas que Cebollitas podría haber seguido una tercera temporada. Lamentablemente, a uno de los escritores lo necesitaban para grabar un nuevo proyecto que iba a salir que decían, "tenemos a esta actriz uruguaya que es Paquita de Xuxa”... Bueno, Muñeca Brava. Sale Muñeca Brava, para mí Muñeca Brava es una de las 10 series más exitosas de Argentina, ya que se pasó por todo el mundo, se tradujo en todos los idiomas. Entonces dicen, "Hay que darle un cierre a Cebollitas". Para mí daba una tercera temporada. Se habló muchas veces de poder hacer una tercera temporada de Cebollitas, continuarla. Yo creo que hoy se puede llegar a hacer la la serie, obviamente en otro contexto completamente diferente, agarrando los personajes principales y darle un una continuidad. Se puede llegar a hacer tranquilamente.

¿Qué te dejó a vos el mundo Cebollitas, de amigos, de experiencias?

Cada vez que pienso en Cebollitas pienso en mi cabeza siempre viene una sonrisa y la palabra felicidad, porque yo fui muy feliz haciendo ese programa. A mí me dejó amigos. Leo Centeno, Diego Vicos… son grandes amigos. Después hay algunos que desaparecieron, que no tuve más contacto. Pero me dejó eso. A Cebollitas siempre lo tomé como una escuela. Fue una escuela, mis primeros pasos en una serie importante y la verdad que solamente buenos recuerdos tengo de ese programa. 

Imagino buenos recuerdos de Maradona… ¿Cómo fue esa experiencia detrás de escena?

Bueno, lo de Diego era muy muy espontáneo. Diego te caía a a los estudios y se paraba Telefe. Pero se paraba. Hace poco hizo un stream con Diego Mesaglio (Corcho de Chiquititas) que me decía, "Loco, yo quería estar en Cebollitas para estar cerca del Diego". Estar cerca de Maradona en ese momento tan importante, era una locura. Diego te caía y te llevaba para acá y te llevaba los entrenamientos y grabamos y sesión de fotos. Y la verdad que con Diego fue una experiencia muy única. Yo sentí mucho cariño por Diego, Diego sintió mucho cariño por mí.

¿Siempre fue en el contexto de Cebollitas o te quedó como por afuera también algún contacto con él? 

Bueno, nos ha llevado a los entrenamientos en Casa Amarilla. Ns ha llevado a la quinta a comer y ha invitado a todos los padres. A mí me ha llevado dos o tres veces a la cancha al palco del Diego que ahí era… ahí revolvíamos todo. Y me ha pasado que me he cruzado con mi viejo y mi viejo decía, "Bueno, gracias, Diego, gracias por todo". Y él decía, "No, gordo, después yo te lo llevo a la casa, dejalo que viene a comer pizza a mi casa". Son esas cosas naturales que hacía Diego que eran tremendas. Era tan espontáneo, Diego, y era una persona hermosa. Diego era una persona hermosa. 

¿Cómo te impactó la muerte de Maradona?

Venía hablando con mi viejo esa mañana… hay acontecimientos que te hacen recordar momentos y lugares. Yo venía manejando, yo soy de zona norte, venía manejando por Márquez, que es una una avenida y estaba hablando justo con mi viejo, porque más o menos en ese horario eran las 12, 12 y algo,. Siempre hablaba con mi viejo. Y me dice “acá están dando en las noticias que se murió el Diego”. Yo le decía "Gordo, debe ser una boludez"... Mi viejo es muy fanático de la radio… y me dice "Che, mira, me parece que falleció el Diego". Y digo "Bueno, gordo, entrá en algún medio rápido que te tiran la noticia ahí al toque". A los 2 minutos freno, me fijo en internet y empiezo a actualizar. No veo nada, ¿viste? Veo que se descompensó, se había descompensado, que lo estaban llevando… y cuando murió dije, "No, chabón, qué tremendo, qué tremendo". Y me acuerdo mucho el funeral de Diego porque y esto es una anécdota muy tal vez boba, pero me hicieron una multa porque porque estaba yendo para Capital, tenía un trabajo que hacer, justo estaba en la Casa Rosada, a la vuelta de la Casa Rosada y me hacen la multa porque me meto por la calle de los camiones del Bajo. Pero fue ese día que había tanta gente en la calle que no me interesó pagar la multa. La calle estaba tan llena de gente, fue una locura. Ese día fue una locura.

Bueno, se cierra la puerta de Cebollitas porque había que hacer Muñeca Brava, que te llevan a vos a hacer un personaje bastante parecido. ¿Qué te dijeron a vos?

Había pasado que Telefe se enteró, por mi representante, que Adrián Suar me quería llevar para una novela nueva que empezaba y se llamaba Gasoleros, que me quería llevar para su elenco. Ana Pechmann, mi representante en ese momento, era la primera representante de Adrián Suar… estaba medio apalabrado: “lo llevamos a este pibe”.  Telefe se entera y me dicen, "te queremos hacer una contrapropuesta, vas a aparecer en la nueva novela de Muñeca brava. Después me enteré que fue el mismo, o sea, el nombre, Gamuza. Era otra historia, completamente diferente porque acá sí tenía padre. Pero da la casualidad que el padre, que era Emilio Bardi, era el mismo que actuó en Cebollitas. Y mi participación era… vuelvo a encarnar el mismo personaje de Gamuza, pero en otro contexto completamente con otros amigos diferentes. Ya no era el barrio, sino la calle. 

¿Qué te quedó de esa experiencia de trabajar con Natalia Oreiro?

Natalia Oreiro una persona tremenda, muy compañera. Facundo Aranda también, muy compañero, Gino Renni, Marcelo Mazzarello, Osvaldo Guidi… en ese elenco me sentí muy cómodo porque eran personas que te ayudaban mucho a trabajar. En mi primera temporada tuve a Carlos Moreno que a mí me ayudó muchísimo a decir, “mirá, es por acá, hace esto. ponete así a la cámara, mira la cámara, no te pongas tan de costado, ponete más de frente”... y me ayudaron mucho a crecer a nivel actoral y a empezar a tener como, entre comillas, un gran oficio.

Con Cebollitas hicieron un montón de giras, por Ecuador, Costa Rica…

Costa Rica fue una gira que hicimos y a Ecuador fuimos a grabar. Que también la revolución de Ecuador fue una locura. Ecuador yo siempre digo, nos sentíamos como los Beatles. Desde que llegamos al aeropuerto hasta que nos fuimos, éramos custodiados por la policía y la gendarmería nacional. Creo que fue un convenio entre Telefe y uno de los países que más miraba la serie. Dijeron, "bueno, jugamos la final contra Ecuador”. Y nos mandaron. La gente del día de hoy dice, "¿Fueron a jugar a Ecuador en serio?". Les juro que sí. 

Con esto del fútbol. ¿Cuánto se jugaba de verdad? 

Había chicos que les gustaba jugar al fútbol. Yo era uno de esos que me empezó a gustar el fútbol más de grande, porque yo cuando era chico era arquero, yo atajaba. Al principio eran actores que traían a jugar y después dijeron, "no podemos seguir consiguiendo tanto actores, porque encima ya son algunos repetidos", Entonces, empezaron a decirle a los clubes de barrio si querían venir a jugar contra Cebollitas. ¿Qué es lo que pasaba? Los pibes te venían a jugar y te jugaban en serio. Te pegaban una patada, te pegaban y te agarraban de la remera, te hacían foul y te metían goles. Hasta que después empezaron a entender que los partidos eran guionados. Los partidos empezaban a las 9 de la mañana y terminaban a las 12 del mediodía. Se grababa mucho el partido, se grababa mucha toma. Porque era toma aérea, toma baja y a veces tenías los cuadros muy puntuales del arquero sacándola con la mano, el bocha tomando mate, comiéndose el sanguchito, yo en el banco diciéndole, "Dele, Don Lucero, póngame de titular”. Era, bueno, “hoy se graba esto”, una hora grabando. “Grabemos la tribuna”, una hora grabando la tribuna. “Grabemos el partido”, una hora grabando el partido. Y después el partido editado eran 5 minutos, 6 minutos, pero vos estabas en una jornada de cuatro 4 horas grabando. Y lo peor de todo era en los días de frío. En invierno hacía mucho frío en esas canchas y era “bueno, sacate la campera”... “No puedo, me estoy muriendo de frío” (risas).

Y en la vida real que no sé cuánto jugás al fútbol, pero, ¿te pasaba que te reconocían y te jugaban de otra manera?

A veces cuando cuando veían quién eras, había gente que era recopada y era pasarmet todas las pelotas a ver si era bueno. Y yo era medio malardo (risas). Había gente que venía y te quería ganar, te gritaba.  He jugado campeonatos y yo escuchaba que decían, "che, mira este es Gamuza, el de la tele, vamos a darle un paseo". Y te pegaban un paseo en serio. Pero sí, me gusta el ambiente futbolero.

Pasaste a ser el actor infantil número uno. ¿Qué experiencias tenías en la calle? 

Lo que era en ese momento es que a mí me sorprendía mucho que la gente se quedaba en la puerta del canal esperándote 5, 6, 7 horas a que vos salgas para sacarse una foto. Vos bajabas y te sacás una foto. En ese momento vivía a la vuelta de los estudios de Telefe, así que yo salía caminando y siempre veía gente y tipo, "¿me puedo sacar una foto?". Había gente que venía todas las semanas a sacarse fotos diferentes. Había gente que te la encontrabas en los en los shopping y las madres sacaban de la cartera la cámara… era como sacar el celular. Siempre lo cuento, fue pasar de no ser nadie a ser, como vos decís, el chico más conocido de la Argentina. Mi cara aparecía en zapatillas, era la cara de Mimo, hacía Cebollitas, hacía televisión, hacía publicidad, hacía teatro, hacía todo. Y es como dijiste antes: la gente asociaba Cebollitas con Gamuza. Una vez lo explicó muy bien uno de los escritores, Daniel Datola: "Lo que tuvo Gamuza, a diferencia de los otros personajes, es que Gamuza se ganó el corazón de la gente”. Gamuza era ese pobre que quería ser alguien en la vida y era una historia dura, era una historia de un chico de la calle que no tenía padres y se ganó el corazón de la gente. Entonces todo era “Gamuza, Gamuza, foto, foto”, y yo siempre lo llevé muy bien. No es que de un momento para el otro dije, "ahora soy Gamuza, ¿sabes qué? Arrodíllense”. Jamás. Siempre saludé desde la persona que limpiaba los estudios hasta el gerente o el director del canal. 

Y a la hora de usarlo, ¿usaste alguna vez a Gamuza para salir de un quilombo o para tener algún beneficio?

No, no. Mucha gente siempre me decía, “tenés que chapear con quién sos”. En ese sentido soy muy vergonzoso, no me gusta decir quién soy. Si puedo pasar desapercibido, mejor, ¿entendés? Yo soy muy tranquilo. Pero me pasó que fui a un juzgado por una infracción que cometí de estacionar mal. Llegué al juzgado y el pibe que tomaba datos a la jueza me miraba… y yo siento cuando la gente se queda mirándome y le comenta al de al lado… y yo dije, "ya sé por dónde viene". Entonces me dice la jueza, "bueno, vas a pagar solamente los sellos”. Dale, buenísimo. Cuando salí me lo encuentro el pibe que me hace firmar un papel y me dice, "yo hablé con la jueza, le dije que eras una figura de infantil, que eras mi ídolo de chico, por eso te perdonó la deuda".

Me acuerdo del momento con Luisito Comunica, youtuber número uno del mundo y un día te enterás que es seguidor de Gamuza y de Cebollitas…

Me quedé sorprendido porque en mi cabeza dije, "che, ¿a cuántos países llegó Cebollitas?". A México no sabía que había llegado. Cuando empezó a contar en esa nota tan detallado, que le decían Gamuza… Cuando dijo Gamuza, se me partió el corazón. Dije, "este chabón que yo lo admiro porque me encanta su contenido, es fanático mío” Me volvió loco.

¿Qué otros famosos así te sorprendieron que miraban Cebollitas?

Bueno, mi novia es muy fanática de novelas mexicanas y Martín Ricca, que es un actor argentino que actuó en muchas novelas de chico, actuó con Belinda, creo que con Dulce María, actuó con un montón. Una vez me da like a una foto y le muestro a mi novia, que me dice, "Martín Ricca, es mi ídolo”. Entonces le mando un mensaje, le pongo “gracias, Martín”. Le pedí un saludo para mi novia y nos mandó un video. Un genio.

Con Cris Morena no llegaste a trabajar, ¿no? 

No, el contacto que tuve con Cris Morena es que ella era la directora de nuestras canciones. Era la escritora de nuestras canciones que yo siempre digo que si vos escucháis algunas canciones de Cebollitas, unas son tan masculinas y otras tienen el toque tan Cris Morena… Me la he cruzado en en pasillos, pero nunca tuve un contacto así de hablar.


Con su Martín Fierro a Mejor Actor Infantil de 1998.

¿Qué fue lo que te llevó a dejar de lado la actuación? 

Lo que me pasó, me lo había dicho un productor en su momento, "ahora vas a entrar en la etapa en la que no sos ni chico ni grande. Vas a entrar en una etapa en donde la televisión no requiere de este tipo de juveniles. Que era un un una edad entre los 12 y 17 años". Entonces, como no sos infantil y no sos adolescente, quedás en ese limbo. Cebollitas era infantil, Rebelde Way era más juvenil, más tipo chicos. Entonces era como, “bueno, ¿a dónde encajamos?”. Y empezaron a haber propuestas de participaciones. Adrián me mete en Calientes. Vuelvo a trabajar con Dalma Maradona y Jimena Barón… Y en un momento dije, "Bueno, no hay tanta oferta laboral, me pongo a hacer teatro independiente". Teatro independiente producido y hecho por mí. Yo armaba los telones, la música, la letra, lo guionaba, lo dirigía y lo actuaba. Entonces estuvimos casi 10 años haciendo temporada, desde el 2000 al 2010, haciendo temporada en el Complejo de la Plaza, en vacaciones de invierno, en el partido San Isidro, nos hemos ido a Mar de Plata. Entonces empecé a focalizarme más en el teatro. Después empecé a hacer un poco de radio, que también me gusta la radio. Y después empecé a tomar el trabajo con el cual trabajo ahora más en serio y empecé como a dejar un poquito eso de lado. Pero, obviamente, siempre abierto a que si salía de una oportunidad. Me han llegado propuestas que en realidad no me han interesado mucho. Me decían, "queremos queremos tener a Gamuza de vuelta acá haciendo que roba un banco". Y yo decía, "No me da". Había propuestas que la verdad que tampoco me interesaba mucho hacer, ¿viste? Hoy estoy en una etapa de mi vida en la que quiero empezar de vuelta a retomar un poco esto de la actuación. Empezar a ver propuestas de teatro, de lo que sea.

Me nombraste a Todos contra Juan, ¿qué fue lo que te gustó de esa propuesta y lo que te llevó a aceptar?

Me llamó eh Claudio Brusca, el Pelu, el productor de Guido Kaczka y me dijo, "estamos trabajando con Gastón Pauls en un proyecto, Todos contra Juan, vamos a hacer un segmento que va a ser un grupo de autoayuda que reúne a figuras que fueron muy famosas y que ahora están en un impasse. Te mando el guión, míralo, léelo, si te gusta… me encantaría tenerte, Gastón te tiene mucho cariño”. Me dieron el guión, lo empecé a leer y la propuesta estaba buena, tenía ganas de hacerlo. Era algo divertido. Ahí me encontré con Gabriel (Nesci), que fue una persona tremendamente dispuesta. Después, Gastón tipo amoroso, tipo bueno, cada vez que lo me lo encuentro a Gastón le pego un abrazo como si fuese un hermano, pero porque lo siento como que es. Estaba, bueno, Agustina Cherri que me volví a encontrar porque era la pareja en su momento. Estaba Palmiro Caballasca que nos cagamos de risa toda la filmación porque era un tipazo. Y fue una gran experiencia. Fue una linda experiencia.


Todos contra Juan.

Y ahora, ¿qué estás haciendo? ¿Vos querés volver?

A ver, por el momento no estoy cerca del regreso, que yo creo que me lo tengo que proponer un poco más o buscar a alguien que me pueda llegar a ayudar, orientar. Tengo todas las ganas, el 100% de mi de mi energía está puesta en eso, me gusta mucho, me gusta lo que hago. Falta un poquito el empujón de decir, “bueno, me empiezo a mostrar un poco más”. Me han llegado propuestas hace dos, tres años, si no me equivoco, para un proyecto en una serie de Flow, pero medio que no me convenció mucho el personaje y dije, "ésta la dejo pasar". Siento que tengo que poner un poco más de mí para hacer ese regreso. 

O sea, como que estás esperando el papel ideal un poco también, ¿no?

A ver, yo soy de esas personas que me tiene que gustar el papel para poder hacerlo. O sea, lo tengo que sentir bien de decir, "estoy predispuesto y qué le puedo llegar a aportar yo a eso". Quiero ponerle lo mejor y quiero que el personaje que haga, que salga, sea algo lindo

¿Para qué estás más: un regreso más en el drama o un regreso más en la comedia?

A mí me gusta mucho la comedia. En momentos que no dan, hago reír. Soy así, fui toda mi vida así. Me gusta la comedia, me gusta el drama. Yo me considero más tipo un pibe de comedia. Mucha gente durante todos estos años me dijo, "vos tendrías que hacer stand-up". Pero por porque soy así, soy una persona pícara, me salen las cosas muy naturalmente y en ese natural me sale lo gracioso. Me sale muy natural y nunca me lo propuse, pero sí, puedo hacer comedia.