10/09/2025 - Edición Nº946

Internacionales

Violencia creciente

Ecuador en alerta: el giro de Noboa que redefine la lucha contra el crimen

09/09/2025 | El gobierno reduce programas de igualdad pese al incremento de asesinatos de mujeres, generando alarma social y críticas internacionales.


por Rosario Castagnet


El presidente Daniel Noboa ha tomado una decisión difícil en un escenario complejo para Ecuador. En medio de un aumento alarmante de feminicidios, el Gobierno optó por redirigir fondos y programas hacia la seguridad ciudadana y la lucha contra el crimen organizado. Para el Ejecutivo, la prioridad está en recuperar el control de las calles frente a las mafias y bandas que golpean al país. Aunque polémica, la medida busca fortalecer la capacidad del Estado frente a una amenaza que se expande con rapidez.

Los datos oficiales señalan que los asesinatos de mujeres alcanzaron cifras récord en 2025, lo que refleja no solo violencia de género, sino también el crecimiento de un entorno criminal cada vez más violento. Desde la visión gubernamental, reforzar a la policía y al aparato de seguridad es un paso imprescindible para proteger a todos los ecuatorianos, incluidas las mujeres. El presidente insiste en que sin un Estado fuerte contra el crimen organizado, cualquier política social queda debilitada.

Recortes y consecuencias

Las medidas del Ejecutivo implican la reducción de financiamiento para casas de acogida y programas de acompañamiento legal y psicológico, recursos que ahora se orientarán a robustecer la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad. Según el Gobierno, esta estrategia permitirá enfrentar de raíz a las mafias que han convertido a Ecuador en un país más inseguro en los últimos años.

Si bien organizaciones feministas advierten que podría haber consecuencias negativas, los defensores de la política sostienen que sin control territorial y reducción del poder criminal, ninguna otra política social tendrá resultados efectivos. La apuesta de Noboa se centra en la idea de que combatir el crimen organizado es condición necesaria para frenar todos los tipos de violencia, incluida la de género.

Reacciones sociales y políticas

Diversos colectivos feministas han protagonizado protestas en Quito, Guayaquil y Cuenca, denunciando la decisión. Sin embargo, desde el oficialismo remarcan que el Gobierno no está desentendiéndose del problema de género, sino que está tomando un camino más estructural: primero derrotar a las mafias y después ampliar los programas sociales. Para sus defensores, se trata de una medida de orden y realismo político en un contexto en que la violencia desborda a las instituciones.

En el plano político, la oposición califica la decisión como un retroceso, mientras que aliados del presidente la defienden como una apuesta pragmática por la seguridad nacional. El debate evidencia dos modelos distintos: uno que prioriza recursos en políticas específicas y otro que entiende que sin estabilidad ni control del crimen no hay garantías para ninguna política de igualdad.

Contexto latinoamericano

El caso ecuatoriano difiere de lo que ocurre en otros países de la región. En naciones como Argentina, Chile y México se ha optado por sostener los presupuestos de género, pero sin los mismos niveles de violencia delictiva que enfrenta Ecuador en la actualidad. Para los defensores de Noboa, su decisión es una adaptación a la realidad local, donde el crecimiento del crimen organizado obliga a medidas excepcionales.

Especialistas recuerdan que cada país debe responder según sus condiciones internas, y que en el caso de Ecuador, fortalecer la seguridad es una urgencia. En ese marco, la cooperación internacional debería comprender que la prioridad inmediata es contener la ola de criminalidad que afecta a todos los ciudadanos por igual.

Impacto ciudadano

El efecto de la medida se sentirá en el corto plazo, especialmente en las mujeres que recibían asistencia directa. Sin embargo, el Gobierno sostiene que el objetivo es que, con mayor control territorial y policial, se reduzca el conjunto de violencias en la sociedad, generando un entorno más seguro a largo plazo. El mensaje oficial es claro: primero se debe restablecer el orden, y luego ampliar los programas de acompañamiento.

Las organizaciones de base mantienen su preocupación, aunque incluso algunos sectores reconocen que la falta de seguridad general alimenta todas las formas de violencia. En ese sentido, el planteo de Noboa apunta a atacar la raíz del problema: el poder criminal que permea barrios, ciudades y comunidades enteras.

Primero lo primero 

La decisión del presidente Noboa de priorizar la seguridad contra el crimen organizado por encima de las políticas de género constituye un giro arriesgado, pero coherente con la crisis de violencia que vive Ecuador. El Gobierno entiende que no puede haber igualdad ni justicia sin antes recuperar el control del país frente a las mafias.

Si bien el costo social inmediato es evidente, los defensores de esta estrategia sostienen que a largo plazo permitirá garantizar una protección más sólida y duradera para todos los ciudadanos. El desenlace dependerá de la efectividad del plan de seguridad y de la capacidad del Estado de demostrar que, al derrotar al crimen, también se reducen los feminicidios y la violencia de género.