12/09/2025 - Edición Nº948

Sociedad


Enigma sin resolver

Entre Ríos: reactivan la búsqueda de la familia Gill a 23 años de su desaparición

10/09/2025 | El caso vuelve a moverse tras la incorporación del abogado Marcos Rodríguez Allende a la querella. La desaparición de Rubén “Mencho” Gill, su esposa y sus cuatro hijos en 2002 sigue siendo un misterio sin resolver.



A 23 años de uno de los enigmas más impactantes de la provincia de Entre Ríos, la investigación por la desaparición de la familia Gill vuelve a reactivarse. La causa, que cuenta con 18 cuerpos de expediente y ningún resultado concluyente, suma ahora al abogado Marcos Rodríguez Allende como representante de los familiares de Margarita Gallegos, esposa de Rubén “Mencho” Gill.

El 13 de enero de 2002 fue la última vez que se vio con vida a Gill, a su esposa y a sus cuatro hijos: María Ofelia (12), Osvaldo José (9), Sofía Margarita (6) y Carlos Daniel (2). La familia residía en el campo La Candelaria, en el departamento Nogoyá, cerca de Viale, y desde entonces no se supo más nada de ellos.

“Vamos a trabajar para tratar de obtener una respuesta para toda la familia y para la sociedad entrerriana”, señaló Allende en diálogo con un medio local. El letrado consideró que se trata de “una investigación muy compleja y dramática” y fue crítico con el accionar inicial de la Justicia. Además, sostuvo su hipótesis principal: la familia nunca salió del campo.

En ese sentido, apuntó contra Alfonso Goette, propietario de la estancia donde vivían los Gill, a quien consideró uno de los principales sospechosos. Goette murió en un accidente automovilístico en 2016 y nunca fue imputado, aunque en vida negó cualquier vínculo con la desaparición.

Como primera medida, la querella revisará de manera exhaustiva el expediente y pedirá colaboración tanto a la Nación como a la provincia de Entre Ríos. El Ministerio de Seguridad de la Nación mantiene vigente una recompensa de 12 millones de pesos para quien aporte datos certeros sobre el paradero de la familia.

La investigación sigue marcada por irregularidades y retrasos. Goette recién denunció la desaparición tres meses después de ocurrida, alegando que les había dado vacaciones. Las excavaciones y peritajes comenzaron más de un año después, cuando ya se habían diluido valiosas pistas. Desde entonces, testigos y versiones se sumaron sin lograr una respuesta clara.