
Polonia confirmó este miércoles que derribó varios drones militares rusos que ingresaron en su espacio aéreo, un hecho que marca un antes y un después en la guerra que Moscú libra contra Ucrania. Se trata de la primera vez que un país miembro de la OTAN abre fuego directo contra aparatos rusos desde que comenzó el conflicto en febrero de 2022.
El primer ministro Donald Tusk calificó lo ocurrido como una “noche dramática” y avanzó que su Gobierno invocará el artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, el mecanismo de consultas diseñado para situaciones en las que la seguridad, independencia política o integridad territorial de un Estado miembro se ve amenazada. La última vez que se recurrió a esta herramienta fue en 2022, tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania, cuando Estonia, Letonia, Lituania y la propia Polonia pidieron activar la cláusula.
“Un gran número de drones rusos llevaron a cabo una violación del espacio aéreo polaco. Aquellos que supusieron una amenaza directa fueron derribados”, explicó Tusk tras una reunión de urgencia. El mandatario afirmó que “lo más probable” es que se trate de “una provocación a gran escala” y subrayó que “los procedimientos y planes preparados para tal caso están funcionando”.
En paralelo, el líder aseguró que “no hay motivos para entrar en pánico” ni para imponer restricciones que afecten la vida cotidiana de los ciudadanos. Los aeropuertos cerrados durante las maniobras de interceptación ya comenzaron a reabrirse. Tusk advirtió, además, sobre la necesidad de estar alerta ante “la desinformación y la propaganda hostil”.
El Ministerio de Defensa polaco detalló que las aeronaves fueron detectadas en distintas regiones del país y que representaban una amenaza inmediata. Las imágenes difundidas muestran restos metálicos y piezas de los drones derribados en zonas rurales, prueba tangible de la incursión que Varsovia calificó como “una violación sin precedentes”.
La reacción europea no se hizo esperar. El presidente del Partido Popular en España, Alberto Núñez Feijóo, calificó la violación del espacio aéreo polaco como “inaceptable” y expresó su respaldo tanto a Varsovia como a Tusk: “Afortunadamente fueron derribados. Polonia, como aliado de la OTAN, cuenta con todo mi apoyo”, escribió en la red social X.
La violación del espacio aéreo polaco por drones rusos es inaceptable y la condeno con firmeza.
— Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) September 10, 2025
Afortunadamente fueron derribados. Polonia, como aliado de la OTAN, cuenta con todo mi apoyo, @donaldtusk.
Por su parte, el primer ministro británico, Keir Starmer, fue aún más duro y calificó el episodio como “profundamente alarmante”. En un mensaje difundido en la misma red social afirmó: “El ataque bárbaro de esta mañana contra Ucrania y la flagrante e inédita violación del espacio aéreo polaco y de la OTAN por parte de drones rusos es sumamente preocupante”.
This morning's barbaric attack on Ukraine and the egregious and unprecedented violation of Polish and NATO airspace by Russian drones is deeply concerning. pic.twitter.com/1VAQyKB65z
— Keir Starmer (@Keir_Starmer) September 10, 2025
Desde Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, elevó el tono y habló de un punto de inflexión: “Europa está en una lucha. Una lucha por nuestra libertad y por la capacidad de decidir nuestro propio destino. Este debe ser el momento de la independencia de Europa, un momento que podemos aprovechar si estamos unidos”.
La funcionaria describió lo ocurrido como “una violación temeraria e inédita del espacio aéreo de Polonia y de Europa por más de diez drones Shahed rusos” y subrayó que “Europa está en plena solidaridad con Polonia”.
En el mismo mensaje, Von der Leyen vinculó la agresión con la situación humanitaria en Ucrania y relató la historia de Sasha, un niño ucraniano secuestrado por Rusia. Señaló que “su caso está lejos de ser único” y anunció la organización de una Cumbre de la Coalición Internacional para el Retorno de los Niños Ucranianos, con el objetivo de que cada menor deportado pueda regresar con su familia.
El episodio eleva las alarmas en la OTAN, que ya había advertido que cualquier ataque o intrusión en el espacio aéreo de sus miembros constituye una línea roja. Polonia, que comparte frontera directa con Ucrania y Bielorrusia, se ha convertido en uno de los principales centros logísticos para el envío de ayuda militar y humanitaria a Kiev, lo que la coloca en una posición estratégica y al mismo tiempo vulnerable frente a Moscú.
El recuerdo histórico amplifica la tensión: Polonia fue uno de los países más castigados durante la Segunda Guerra Mundial y su ubicación geográfica la ha convertido siempre en un terreno de disputa entre potencias. Ocho décadas después, vuelve a estar en el centro de un conflicto que amenaza con redefinir el equilibrio de seguridad en toda Europa.