
En agosto, las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas registraron una caída interanual del 2,6% a precios constantes, según el relevamiento difundido por CAME. En la comparación mensual, la baja fue de 2,2%, confirmando la retracción de la demanda en un contexto de poder adquisitivo debilitado.
El dato contrasta con el desempeño acumulado de 2025, que todavía muestra un incremento del 6,2% interanual, gracias al repunte registrado en los primeros meses del año. Sin embargo, la tendencia reciente refleja una desaceleración marcada que empieza a preocupar a los comerciantes
Por rubros, el panorama fue negativo. El único segmento que logró un leve crecimiento interanual fue farmacia (0,2%), impulsado por la estacionalidad de enfermedades respiratorias y el consumo de genéricos. En cambio, sectores vinculados al consumo no esencial mostraron descensos más pronunciados: bazar y decoración (-10,4%), perfumería (-8,9%), indumentaria (-4,8%), ferretería (-1,9%), alimentos y bebidas (-0,9%) y calzado (-0,8%)
El informe subraya que, más allá de la incidencia de fechas comerciales como el Día del Niño, predominó un consumo de “bajo ticket”, fuertemente sostenido en promociones, cuotas con tarjeta y descuentos bancarios. Las compras online tuvieron escasa participación y el canal presencial siguió siendo el más relevante
Las pymes describen un escenario complejo: presión impositiva, suba de costos fijos, alquileres y servicios, junto con la falta de financiamiento. Muchos comercios reconocen haber reducido stock, pospuesto inversiones o evaluado cierres, dependiendo cada vez más de picos estacionales y promociones para sostener su operatoria.
De cara al futuro, el 49% de los comerciantes relevados espera que la situación mejore en los próximos doce meses, aunque el 58% considera que no es un buen momento para invertir. La incertidumbre macroeconómica y electoral se convirtió en un factor decisivo que condiciona toda planificación.