
El presidente Javier Milei firmó, junto a todo su gabinete, el decreto que anula la Emergencia Pediátrica para el Hospital Garrahan.
Según la Casa Rosada, la iniciativa implicaba un impacto directo de $115.030 millones en recomposición salarial que solo podía financiarse con reasignaciones internas del presupuesto de Salud, lo que —según el texto— “desfinanciaría programas vigentes y comprometería recursos destinados a emergencias sanitarias”.
Para graficar el impacto, el Ejecutivo comparó ese monto con “un tercio del calendario nacional de vacunas” o “tres veces los fondos destinados a políticas de VIH, tuberculosis, lepra y hepatitis virales”.
En la misma línea, definió la ley como “ambigua, distorsiva e inviable” y acusó al Congreso de promover proyectos “bajo causas nobles, pero que disparan un gasto desmedido e irresponsable”.
Con este veto, Milei refuerza su estrategia de ajuste y suma un nuevo frente de conflicto político, tras haber rechazado también la Ley de Financiamiento Universitario.