
por Fede Carestía
Cualquier niño criado delante de un televisor en los 90 se acuerda a la perfección de la primera vez que prendió el aparato y haciendo zapping llegó a algo que le llamó la atención. Y de ahí no salió más. Pudo ser Los caballeros del Zodíaco, pudo ser Mr Hipo, o simplemente pudo ser la dinámica detrás de la animación de su novedoso logo. Porque si algo tuvo Magic Kids fue eso: novedad, dinamismo, la receta para triunfar.
De la mano de Magic Kids entró el animé en Argentina. Fueron de los primeros en salir a negociar con Toei Animation y de los primeros en traernos joyas como Dragon Ball o Ranma ½. Pero también fueron de los primeros en frustrarnos cuando se trataba de terminar de ver una serie completa que se reiniciaba constantemente antes de llegar a su final, por razones que ya te contamos en esta nota.
Pocos se acuerdan que nació como un producto de Cablevisión. Pocos se acuerdan cuándo se fue. Pero lo que todo el mundo recuerda con cariño es la sensación que nos transmitía el saber que prácticamente cada vez que prendíamos el televisor, nos íbamos a encontrar con algo que nos iba a dejar enchufados a la pantalla por un largo rato. Ya sea porque nos iban a enseñar la última fatality del Mortal Kombat en Nivel X, porque queríamos que nos llamaran para A jugar con Hugo o para colgarnos con El club del animé viendo las últimas novedades de Detective Conan o cual fuera la producción japonesa de turno.
Uno de los responsables de darle forma a este canal emblemático de los 90 fue Jorge Contreras, director de programación del canal. Y es raro encontrar entrevistas a Jorge. “No soy de hablar, no me gusta”, nos dijo después de regalarnos muchas respuestas a las que, tal vez, por años, estuvimos buscando encontrar.
-¿Qué cambió en la industria de la TV infantil si se la compara con la época dorada de Magic Kids? ¿Podría existir hoy en día un canal así?
-Bueno, hay canales así. Lo que pasa que era otra época y esta es la segunda parte de tu pregunta. La primera era ¿qué cambió en la industria de la TV infantil si con la época dorada de Magic Kids? Justamente, en aquellos años había todo un tema con los canales para chicos, digamos, como si dejar a los chicos mirando canales infantiles era la tranquilidad del adulto y con eso dale para adelante. Cambió todo. Sí, como lo indica tu pregunta, uno de los temas es justamente la llegada de internet a todos los hogares y a eso sumarle todas las plataformas. Entonces, con el sobreestímulo de tantas cosas, hoy creo que no sería viable un canal… Sí, se puede hacer un canal como Magic Kids, el asunto es que no tendría, creo yo, la audiencia que tenía en aquel momento. Uno de los temas tenía que ver justamente con el contenido, con esas series japonesas que tanto les gustaban a los pibes y adolescentes. Y otra de las cosas era que en la tele tampoco había demasiada oferta. Si bien había canales de cable, estaba medio como desparramado el tema y ahí supimos nosotros posicionarnos.
-¿Te acordás del origen del logo y del nombre del canal? ¿Por qué fueron esos? ¿Hubo alternativas?
-Sí, claro que me acuerdo. En principio el Magic arranca con un club que era el club de Cablevisión que se llamaba Magic. No me acuerdo si era Magic Club infantil, Magic Club Cablevisión, la verdad que no me acuerdo, pero sí recuerdo que era el lugar donde había sorteos y cosas que los chicos tenían. Y como la propiedad del canal era de Cablevisión, querían ponerle ese título y eso no era negociable. Querían de todas maneras que estuviera la estrella; lo que sí era negociable era cambiarle un poco las formas, poder jugar con la estrella sin que sea el logo exacto que usaban en aquel momento en el canal y así fue que se moldeó la nueva estrella, inclusive como en 3D, muy particular del Magic.
Con respecto al “Magic Kids” es justamente para diferenciarlo de lo que era el club este que era como muy particular de Cablevisión, y que fuera justamente un canal para los chicos de 24 horas de series, producciones y demás, de ahí viene el nombre. Y alternativas, me preguntás, yo creo que sí. Tiramos un millón, pero nos quedamos por ahí.
-¿Qué tan difícil eran los negociados para conseguir derechos de animés y series?
-Preguntás por los derechos de animé y series. A ver, hace tantos años de esto, pensar que el Magic arrancó en 1995. Uno de los temas era que el canal que lideraba era Cartoon Network y después había en industria local un canal de producción propia que era Cablín. Se decía que Cablín le ganaba a Cartoon Network y cuando empezamos con sondeos y gente que se ocupaba de eso para ver qué era lo que pasaba socialmente con los canales, los padres decían que los chicos veían Cablín y en realidad los chicos lo que preferían era Cartoon Network. Por allá, por aquellos años. Creo yo que en 1995 era así. Y después no había otros canales. Fox fue uno de los primeros que ingresó y venía entre tercero o cuarto puesto, pero en la práctica lo que había era mucho material que no aprovechaban otras cadenas, como Nickelodeon, por ejemplo. Entonces, nuestra programación se basaba en ver qué tipo de dibujos y de los que nosotros le apostábamos que andaban, estaban disponibles. Y así fuimos conformando una mezcla. Porque el Magic no era un canal de animé. El Magic tenía producciones propias, tenía dibujos yankis, europeos, había de todo.
Con respecto al anime, eso sí me acuerdo que nos tiramos, digamos, nuestra grilla con Los caballeros del zodiaco, con Dragon Ball, con Sailor Moon, Ranma ½, bueno, los que tienen tu edad, Fede se deben acordar de aquella época y todos esos. Nadie los ponía, ningún canal los quería, ni los incluía en su programación. Nosotros, justamente, por una cuestión de mercado, vimos que estaban disponibles y arrancamos por ahí y atacamos por ahí. Horacio Levin, que era el presidente de la empresa donde yo trabajaba y dueño, sugería encontrarse con Yasuo Matsuo, por decirte algo, un representante para coordinar la compra de los distintos materiales porque estaban traducidos. Los primeros en el español europeo, español de España, y cuando se empezaron a traducir en México, ahí empezamos a crecer en cantidad de capítulos. Justamente ese crecimiento de capítulos era como muy lento porque nosotros al tener 24 horas, se quemaban capítulos a lo pavote de la serie que fuera. Y por otro lado Toei Animation, por ejemplo, lo que hacía era ir traduciendo para América Latina algunos.
-Leí una nota de hace varios años donde hablabas de la situación con una suerte de repetidoras ilegales que levantaban la señal del Magic y los metían en problemas porque algunos productos no tenían derechos para transmitirse por fuera de Argentina. ¿Cómo se llevaban con la piratería y con estos problemas legales?
-Después de perder Cartoon Network, digamos, el liderazgo y todo eso, ahí sí, diría yo como al año 6 o 7 del Magic, ahí empezaron algunas complicaciones para conseguir material porque, claro, a nivel Latinoamérica convenía más por ejemplo, para Cartoon Network hacerle una oferta por ese material y ahí entonces se complicaba. Nosotros teníamos los derechos solo para Argentina y de pronto lo pasaban alguno de los limítrofes porque bajaban la señal. Eso estaba en el satélite. Pero bueno, eso era lo que pasaba con el material. Diría yo, pasándolo en limpio. Al principio fue una papa meter animé y después se nos fue complicando siendo nosotros los que teníamos la mayor cantidad. Y era raro porque Cartoon Network tenía librería propia, tenía su material igual que Fox como para disponer de eso, no tenían que salir a buscar animé, pero claro, nosotros le hacíamos sombra, ¿no?
-¿Podrías contarme tu visión respecto al reinicio constante de estos programas?
-Hay todo un tema relacionado con el negocio de la televisión. Que eso es y de eso se trata. Entonces, pensá que no solamente era cuestión de pasar un dibujo, sino todo el tema del merchandising y quién lo compraba, que no éramos nosotros. Nosotros simplemente emitíamos los capítulos. Entonces, había que ponerse de acuerdo mucho con la parte comercial, además de con la distribuidora que era la que manejaba esos temas, ¿no? Te decían “para tal fecha va a estar disponible tal material”, porque justamente habían arreglado comercialmente otras cosas. Desde disfraces, lo que se te ocurra.
-¿Por qué funcionó tan bien Nivel X?
-Yo creo que hay un gran cúmulo de cosas, más allá de la conducción del programa que era fresca, divertida y demás. Me parece que también hay todo un tema con la escasez que había en aquel momento de consolas, juegos, la falta, digamos, de la mediatez que tienen hoy la mayoría de los juegos y plataformas. Entonces, creo que esa mezcla de estas cuestiones era lo que generaba tanto interés por Nivel X. Y no me descuides a A jugar con Hugo, que era nuestro caballito de batalla (risas).
-Cada tanto se hacen maratones de Magic Kids homenajeando al canal a pura nostalgia. ¿Los viste? ¿Alguna vez pensaron en revivir el canal?
-Lo de revivir el canal… no, ya en su momento teníamos problemas de presupuesto y uno de los temas de producir por aquellos años tenía que ver con eso, ¿no? Con el dinero asignado para producir. Como te dije al principio de la nota, Cablevisión era el dueño del canal y nosotros generábamos todo el contenido. Promofilm, que era la empresa donde yo trabajaba. Eso hizo que, cuando ellos tomaron la decisión de no ser solo Argentina, sino salir a Latinoamérica, ahí fue cuando empezó, digamos, a mermar el tema del público en el Magic. ¿Por qué? Primero, porque el mismo presupuesto lo teníamos que compartir con otros lugares. No es lo mismo comprar una lata para Argentina que una lata para Latinoamérica. Los costos se multiplican por cada país. Entonces, si tenés el mismo presupuesto, creo que era nos habían dado algo así como el doble o el triple de lo que teníamos, pero no alcanzaba de todas maneras a ser un dinero sustancial o jugoso que te permitiera competir con los demás canales, con los tanques que vinieron después y tomaron su lugar. Siendo que al principio no invertían tanto y después se dieron cuenta del potencial que había en la región, sobre todo acá en Argentina. Y ahí quedamos afuera, como te digo, del mercado.
Y la posibilidad de repetir o de hacer un revival del Magic quedó solo para las cosas truchas que se van haciendo por ahí. Digo “truchas” y con respeto lo digo. Trucho es algo que se imita, que no tiene los derechos y por eso es trucho. En la práctica con respecto a lo que han hecho muchos, la verdad que está bien, inclusive han montado escenarios y han hecho A jugar con Hugo, con Gaby Roife en vivo... bien, bien.