
El impacto de las últimas lluvias en territorio bonaerense está lejos de apagarse y desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) actualizaron las cifras de la superficie afectada y los reclamos al gobierno bonaerense. De acuerdo a sus cálculos, hay más de dos millones de hectáreas con graves problemas de anegamiento o inundación.
Si se tiene en cuenta la superficie que aunque no esté inundada o anegada tampoco puede ser trabajada por falta de piso para la maquinaria o imposibilidad de acceso, el número supera las 3 millones de hectáreas. “Las lluvias ocurridas entre fines de agosto y la primera semana de septiembre agravaron una situación que ya era sumamente crítica en gran parte de la provincia de Buenos Aires”, advirtieron los ruralistas.
Según estimaron, entre marzo y abril el epicentro de la inundación se concentraba en los partidos de Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, 9 de Julio y parte de Hipólito Yrigoyen. “Sin embargo, con las precipitaciones acumuladas en los últimos 60 días, el área afectada se fue ampliando de manera alarmante”, remarcaron.
De este modo, a las 1,5 millones de hectáreas comprometidas en el centro bonaerense, se debe añadir la totalidad de la cuenca del Río Salado. Con ese agregado, el área inundada supera las 2 millones de hectáreas.
#ComunicadoCARBAP
— CARBAP (@CARBAP_ARG) September 11, 2025
Más de 2 millones de hectáreas afectadas por las inundaciones.
La producción perdida y la vida rural paralizada.
Comunicado completo 👇🏻https://t.co/fH5JopEl8U
Desde #CARBAP exigimos medidas urgentes: obras hídricas, aplicación de la Ley de Emergencia y… pic.twitter.com/YsTMQGF6tB
Los ruralistas afirmaron que la falta de infraestructura -que se hace evidente ante cada lluvia fuerte- no solo afecta a la producción. “También golpea de lleno a las familias que viven en el campo: hay parajes rurales completamente aislados, donde los chicos no pueden concurrir a la escuela, donde una ambulancia no puede llegar si alguien se enferma, donde trasladarse hasta un pueblo se convierte en una odisea”, destacaron.
Ante este escenario, reclamaron a las autoridades provinciales y nacionales por tres medidas:
“No podemos permitir que cada lluvia extraordinaria se convierta en una tragedia anunciada. La situación exige respuestas inmediatas, concretas y responsables”, remarcaron. Y concluyeron: “No estamos hablando solo de agua: estamos hablando de vidas, de futuro y de esperanza”.