
Cocho López es un ícono del automovilismo argentino. Nació en el barrio de Mataderos, en la Ciudad de Buenos Aires, hijo de un expiloto que corrió en la época de los hermanos Oscar y Juan Gálvez. Cocho estuvo frente al volante durante 40 años de forma ininterrumpida y en el Living de News Digitales repasó los momentos más importantes de su extensa carrera.
Cocho explica que corrió varios años en Europa y “en una de las tantas veces participé de Las 24 Horas de Le Mans, que me invitó Ferrari a hacerlo en el año 1976 y en el 79 vamos varios pilotos a correr al Campeonato europeo. Entonces vinimos con la mente mucho más abierta, había ya tecnología aerodinámica”.
Entonces, recuerda que “cuando vinimos vimos que ya estaba el conflicto con el Turismo de Carretera, todo ese lío con el Automóvil Club Argentino (ACA). Queríamos seguir corriendo con los autos que se fabricaban en la Argentina, que había marchas y los jóvenes los reconocían”.
“Dije: vamos a hacer esto y ACA me dijo si. Le saqué un poco la idea al Turismo Carretera, a la Asociación de Corredores Turismo Carretera, que en estos meses cumplió más de 65 años de creación. El TC tiene más de 80 años, categoría única en el mundo con tanta antigüedad y tecnología”, agregó.
Con respecto a los autos, detalla que “eran de turismo nacional, los convertimos en turismo de carretera, o sea, los pelamos, los desarmamos, les pusimos trompas diferentes, ahí inventamos lo que era el TC2000 que hoy tiene 46 años de vida”.
Con respecto a una de sus carreras más difíciles, recuerda la de San Juan, en la alta montaña, cuando cayeron barranca abajo con su compañero. “El auto empezó a caer en cámara lenta, haciendo un surco en la nieve, y terminamos parados, sentados en el interior del vehículo, con los pies hacia arriba y de cabeza, en una situación que todavía recuerdo claramente”.
Tras sobrevivir a la caída, Cocho explica: “Nos bajamos del auto y vimos que habíamos dejado un surco en la montaña. Pensamos en subir esa pendiente porque ya estábamos mojados y con frío extremo, y en unos pocos minutos logramos recorrer ese camino hasta la nieve. Después caminamos unos cinco o diez minutos y encontramos un auto parado en la banquina, tapado de nieve, con el borde del precipicio cerca”.
Después de varias horas esperando el auxilio, “A eso de las cinco de la tarde, empezamos a escuchar voces y, gracias a que gritamos, nos respondieron unos gendarmes chilenos que pasaban en mula, con capote y todo tapado de nieve. Nos preguntaron si éramos los corredores, y confirmamos”.
“Nos llevaron a una base donde había una carpa, nos dieron algunas inyecciones para el frío, comida, y nos resguardaron. Nos trasladaron en las máquinas del ejército y la vialidad hasta San Juan, donde llegamos por la noche, completamente congelados” recuerda Cocho.
En la década del 70 y principios de los 80, una de las categorías más importantes del automovilismo argentino era el Turismo Nacional, donde competían autos como el Fiat 128.
“En esa época, yo tuve la oportunidad de participar con un auto muy importante: el Fiat Regatta, que fue un auto que desarrollamos en la fábrica de la marca. La idea era hacer un auto especial para ganar en las carreras, y por eso, pedí que hicieran un modelo sin techo, porque ya existía uno con techo corredizo, pero queríamos algo distinto” recuerda Cocho López.
El expiloto agregó que “el equipo de Fiat y la fábrica me acompañaron en ese proyecto, y les propuse que el auto fuera muy competitivo, con modificaciones que permitieran tener un rendimiento superior. La idea era, además, cumplir con el reglamento, y les pedí que produjeran más de 500 unidades, porque el reglamento internacional exigía que la producción fuera mayor a esa cantidad para que pudiera correr en categorías internacionales”.
El auto, al que llamaron "Regata Vencedor", fue un éxito rotundo. “En un año logro ganar cinco carreras con ese auto, y fue uno de los vehículos más míticos de esa época. La rivalidad con Jorge Recalde, que también corría con Fiat, terminó siendo muy fuerte. Pero quizás el enfrentamiento más destacado fue con Traverso, que corría con Renault".
“La rivalidad con Traverso fue muy intensa y tuvo varias aristas. Él corría en una marca oficial, y yo lo hacía en un equipo no oficial, pero con autos que también tenían un gran rendimiento. La batalla era de puro campeonato, con mucha competencia” afirma López.