
El juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro por su presunta participación en un intento de golpe de Estado en 2023 dio un giro inesperado con el voto del magistrado Luiz Fux. En lugar de sumarse a la corriente que reclama una condena, el juez sostuvo que el Supremo Tribunal Federal (STF) carece de competencia para juzgar el caso y que las pruebas presentadas no son suficientes para sostener una condena penal. Su postura marca un quiebre en el equilibrio de la sala, donde dos de sus colegas ya habían votado a favor de la condena.
La decisión de Fux no solo pide la absolución total de Bolsonaro, sino también la anulación del proceso. Argumentó que el expresidente ya no tiene fuero desde que dejó el cargo en 2022 y, por lo tanto, el STF no debería seguir con el caso. Además, sostuvo que los discursos, entrevistas y borradores de decretos presentados por la fiscalía no constituyen por sí mismo s una acción golpista, lo que deja en duda la solidez de las acusaciones.
Fux enfatizó que el tribunal está sometiendo a Bolsonaro a un “tsunami de pruebas” sin dar el tiempo suficiente para preparar la defensa. A su juicio, este desequilibrio viola principios básicos del debido proceso. Comparó la situación con lo ocurrido en el caso Lava Jato, donde la Corte Suprema anuló condenas por incompetencia judicial y vicios procesales.
Asimismo, el magistrado señaló que no hay una demostración clara de que Bolsonaro haya coordinado o ejecutado directamente los actos del 8 de enero de 2023, cuando miles de manifestantes asaltaron las sedes de los tres poderes en Brasilia. Para Fux, la fiscalía no logró probar una autoría inequívoca del exmandatario en esos sucesos.
Hasta el momento, los magistrados Alexandre de Moraes y Flávio Dino votaron en favor de condenar al expresidente, respaldando la tesis de que Bolsonaro alentó un plan para desconocer los resultados electorales. Ambos coinciden en que existió un entramado de acciones destinadas a subvertir el orden democrático, entre ellas la elaboración de un borrador de decreto para intervenir en el Tribunal Superior Electoral.
La votación, sin embargo, aún no está cerrada. Restan los votos de Cármen Lúcia Antunes y del presidente de la sala, Cristiano Zanin. Sus decisiones definirán si la corriente mayoritaria se mantiene firme o si la disidencia de Fux logra arrastrar apoyos que cambien el desenlace del caso.
La intervención de Fux reaviva el debate sobre la politización de la justicia en Brasil. Para algunos sectores, su postura representa una defensa de las garantías individuales y de los límites constitucionales del STF. Para otros, se trata de una maniobra que favorece a Bolsonaro en un momento en que enfrenta una de las causas más graves de su trayectoria.
El futuro del proceso no solo afectará al expresidente, sino que también marcará un precedente para la relación entre las instituciones judiciales y la esfera política. Una eventual anulación reforzaría la percepción de un sistema vulnerable a los choques entre magistrados, mientras que una condena podría consolidar el STF como un actor decisivo en la defensa de la democracia.
Si finalmente prospera la tesis de Fux, Bolsonaro podría quedar libre de responsabilidad penal en este caso, lo que abriría la posibilidad de recuperar protagonismo político en la oposición. El expresidente, que ya enfrenta restricciones electorales por decisiones previas, se vería beneficiado por un fallo absolutorio que reforzaría su narrativa de persecución judicial.
En cambio, una condena podría sepultar sus aspiraciones y debilitar a su movimiento, el bolsonarismo, que ha mantenido fuerza en el Congreso y en la opinión pública. El resultado final de la votación será determinante para el futuro del liderazgo de Bolsonaro y para la estabilidad política del país.
Ministro Luiz Fux afirmou que o Supremo Tribunal Federal (STF) já anulou um processo inteiro devido à incompetência relativa, citando o caso do ex-presidente Lula. Fux ressaltou que, no processo do ex-presidente Bolsonaro, o STF possui incompetência absoluta. pic.twitter.com/G1GXiN876i
— Jouberth Souza (@Jouberth19) September 12, 2025
El voto de Luiz Fux expone una grieta en el seno del STF y anticipa posibles disputas jurídicas de mayor alcance. Su postura, aunque minoritaria hasta ahora, introduce un elemento de incertidumbre que podría alterar el curso de un juicio emblemático para la democracia brasileña.
Más allá del desenlace, el caso refleja las tensiones entre la justicia y la política en un país donde los tribunales se han convertido en escenarios centrales de la disputa por el poder. El desenlace marcará un precedente que resonará en toda la región