14/09/2025 - Edición Nº950

Internacionales

Bosques Amenazados

Centroamérica lanza plan ambiental para frenar deforestación: qué propone

13/09/2025 | La región impulsa un plan conjunto con más vigilancia, restauración y un mercado de carbono para frenar la pérdida de 83.000 hectáreas anuales.



La deforestación en Centroamérica se ha convertido en uno de los mayores desafíos ambientales de la región. Cada año, el istmo pierde alrededor de 83.000 hectáreas de bosque, una cifra alarmante que equivale a un 0,38 % de su cobertura forestal total. Con cerca de 22 millones de hectáreas de bosque que representan el 42 % de su superficie, los gobiernos advierten que la pérdida constante amenaza la biodiversidad, los recursos hídricos y las comunidades que dependen de estos ecosistemas.

Ante este escenario, los ministros de Ambiente centroamericanos han acordado una estrategia regional que busca unir esfuerzos más allá de las fronteras nacionales. El objetivo es claro: detener la tala ilegal, restaurar los ecosistemas degradados y convertir la conservación en un motor económico para la región. El plan será presentado de manera conjunta en la próxima COP30, donde exigirán más financiamiento internacional para la adaptación climática.

Vigilancia y presencia territorial

Uno de los ejes centrales de la estrategia es el aumento del número de guardaparques en áreas protegidas y parques nacionales. Actualmente, la falta de personal limita la capacidad de vigilancia y deja grandes extensiones vulnerables a la tala ilegal y los incendios forestales. El fortalecimiento de esta fuerza de protección irá acompañado de la mejora de infraestructura y acceso en las zonas de conservación.

Junto con la presencia física, los países impulsarán el uso de tecnología avanzada para monitorear en tiempo real amenazas como incendios, intrusiones y tala clandestina. Satélites, drones y sistemas de alerta temprana permitirán detectar actividades ilegales con mayor rapidez y coordinar respuestas efectivas entre los Estados.

Restauración y empleo verde

Además de frenar la pérdida de bosques, la estrategia busca restaurar las áreas degradadas mediante programas de reforestación y regeneración natural. Con la llamada Agenda Regional de Restauración, se pretende devolver vitalidad a ecosistemas clave que hoy se encuentran fragmentados o empobrecidos.

Este esfuerzo también se proyecta como una oportunidad económica. Los gobiernos plantean la creación de empleos verdes vinculados a la reforestación, el turismo sostenible y la gestión de recursos naturales, ofreciendo alternativas de subsistencia para comunidades rurales que a menudo recurren a actividades extractivas por falta de opciones.

Mercado regional de carbono

Otra de las apuestas más ambiciosas es el desarrollo de un mercado regional de carbono que permita convertir la conservación en beneficios económicos tangibles. La meta es generar millones de dólares en ingresos para 2030, fomentando así que la protección ambiental se traduzca en incentivos directos para los países y las comunidades.

Este mecanismo no solo buscará compensar emisiones, sino también reforzar la idea de que la conservación de bosques tropicales es un activo estratégico en la lucha contra el cambio climático. De concretarse, Centroamérica se posicionaría como un ejemplo global de integración regional en materia ambiental.

Cooperación y financiamiento internacional

La magnitud del desafío exige recursos que van más allá de las capacidades nacionales. Por ello, los ministros acordaron llevar a la COP30 una postura unificada, reclamando financiamiento justo para las acciones de adaptación y restauración. Subrayan que el costo de proteger la biodiversidad y los servicios ambientales que ofrecen los bosques debe ser compartido por la comunidad internacional.

Organizaciones ambientales y comunidades locales también tendrán un papel central en este proceso. Su participación no solo fortalece la vigilancia, sino que asegura que las políticas respondan a las realidades de quienes viven directamente en los territorios.


Centroamérica pierde 83.000 hectáreas de bosque al año y lanza plan regional.

Por el ambiente 

El plan centroamericano combina fuerza humana, innovación tecnológica y herramientas de mercado, una fórmula que busca equilibrar conservación y desarrollo económico. Sin embargo, el éxito dependerá de que las promesas de financiamiento internacional se cumplan y de que los gobiernos mantengan la coordinación más allá de las coyunturas políticas.

Con un futuro en juego, la región enfrenta una oportunidad histórica: pasar de la retórica ambiental a la acción efectiva. Si logra implementar estas medidas de forma sostenida, Centroamérica podría transformar su imagen de zona vulnerable en un referente mundial de gestión forestal y lucha contra el cambio climático.

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