17/09/2025 - Edición Nº953

Internacionales

Desplazamiento forzado

La marca que decide tu destino en Siria: el sistema que siembra miedo

14/09/2025 | Las fuerzas sirias desalojaron a miles de residentes aplicando un sistema de símbolos en las casas; organismos de derechos humanos denuncian abusos.



En las últimas semanas, el régimen sirio ejecutó un operativo masivo en el barrio alauita de al-Somaria, en las afueras de Damasco, que resultó en el desplazamiento de miles de residentes. Según testimonios recogidos por la agencia Reuters, las fuerzas de seguridad marcaron con pintura las viviendas: una “X” indicaba que la familia podía quedarse, mientras que una “O” significaba desalojo inminente. El resultado fue la partida de la mayoría de los habitantes de la zona, generando un clima de pánico e incertidumbre.

Se estima que antes de los operativos vivían en al-Somaria unas 22.000 personas, la mayoría pertenecientes a familias con lazos históricos con el ejército del presidente Bashar al-Assad. Tras las redadas, apenas 3.000 residentes permanecen en el lugar. Muchos abandonaron sus hogares ante el temor a represalias, mientras que otros fueron obligados a salir por no poder presentar títulos de propiedad reconocidos por las autoridades.

Un procedimiento cuestionado

El gobierno argumenta que los desalojos responden a ocupaciones ilegales y a la necesidad de “regularizar” terrenos expropiados irregularmente durante la era Assad. Sin embargo, numerosas familias aseguran contar con documentos válidos que fueron rechazados bajo el argumento de estar vinculados al antiguo régimen. El proceso ha sido denunciado como arbitrario y discriminatorio, sin un mecanismo claro de apelación.

Organizaciones de derechos humanos alertan que este patrón constituye un desplazamiento forzado, prohibido por el derecho internacional. Amnistía Internacional y Human Rights Watch advierten que la práctica no solo vulnera derechos fundamentales, sino que también puede alterar la composición social del barrio, históricamente ligado a la comunidad alauita.

Consecuencias sociales

El éxodo repentino ha desmembrado redes familiares y comunitarias. Escuelas, comercios y servicios locales quedaron prácticamente vacíos, dejando una imagen de suburbio fantasma. Los residentes que permanecen en al-Somaria viven con miedo a nuevas inspecciones y a que sus hogares sean marcados en cualquier momento.

Al mismo tiempo, el operativo ha generado tensiones dentro de la propia comunidad alauita, considerada uno de los pilares de apoyo del régimen. Analistas advierten que la desconfianza sembrada en este grupo podría tener repercusiones políticas a mediano plazo, en un país todavía marcado por más de una década de guerra civil.


Una casa está marcada con símbolos X y O mientras las autoridades sirias ejecutan órdenes de desalojo en el barrio predominantemente alauita de al-Somaria, en Damasco, Siria, el 29 de agosto de 2025. REUTERS/Feras Dalatey 

Un triste final

Las redadas en al-Somaria revelan una estrategia de control social que combina legalidad cuestionada con coerción militar. Si bien el gobierno busca justificar la medida bajo la narrativa de ordenamiento urbano, la magnitud del desalojo y la estigmatización de residentes alauitas plantean dudas sobre motivaciones políticas más profundas.

De consolidarse, este precedente podría extenderse a otros barrios y comunidades en Siria, generando un nuevo ciclo de desplazamientos internos. La comunidad internacional enfrenta el desafío de presionar para que se respeten los derechos de propiedad y se detengan las prácticas de desalojo forzado, en un contexto en el que las voces locales apenas encuentran canales para denunciar lo sucedido.