
El femicidio de Solange Sanabria Ventura, hallada mutilada en un departamento del centro de Pilar, conmocionó a todos no solo por la brutalidad del hecho, sino también por la historia de vida de la víctima.
Oriunda de General Rodríguez, Solange tenía 25 años y era la menor de tres hermanas. Desde chica trabajó en diferentes empleos para ayudar a su familia, entre ellos en una casa de comida rápida ubicada sobre la Ruta 25 y Panamericana, en Pilar. Quienes la conocieron destacan su carácter alegre y responsable, especialmente desde que fue madre.
El gran motor de su vida era su hija, una nena de 5 años a la que llevaba todos los días al jardín. Según contó Aylén, una de sus amigas más cercanas, Solange no faltaba nunca a esa rutina. “La nena tiene 5 años, se quedó sin la mamá. ¿Qué le vamos a decir nosotros? ¿Por qué no hicieron nada, por qué no salieron a buscarla?”, expresó con dolor en diálogo con Crónica TV.
La joven mantenía un vínculo frecuente con Pilar, distrito al que solía trasladarse para visitar a su novio, Oscar Ángel Benítez, hoy detenido como principal sospechoso del crimen. Sin embargo, su ausencia prolongada encendió rápidamente las alarmas en su entorno. Sus padres denunciaron la desaparición el 1 de septiembre, aunque Solange no volvía a su casa desde el 21 de agosto.
La búsqueda estuvo marcada por la desesperación de familiares, amigos y vecinos, que recurrieron a las redes sociales para difundir su foto y pedir información. Paradójicamente, los padres de Solange se enteraron de su trágico destino a través de un móvil de televisión que había llegado a General Rodríguez para cubrir el caso.