
Vivir con dermatitis atópica (DA) implica un desafío que va más allá de la piel. Un reciente estudio, difundido en el marco del Día Mundial de la Dermatitis Atópica, que se celebra cada 14 de septiembre, revela que los trastornos del sueño son uno de los impactos más frecuentes y condicionantes para quienes padecen la enfermedad.
La investigación, que incluyó a pacientes, cuidadores y médicos, mostró que la picazón persistente, las crisis recurrentes y la irritación cutánea hacen que un sueño reparador sea casi imposible. El 30% de lops encuestados afirmaron que una vez al mes no duermen en toda la noche por el prurito, mientras que el 70% restante asegura que su descanso se ve afectado con mayor frecuencia. Este insomnio provoca un círculo vicioso: aumenta la irritabilidad, el cansancio y empeora la percepción de los síntomas.
El estudio de IPSOS también exploró el impacto emocional de la DA, que a menudo queda invisibilizado. Los pacientes adultos reportaron cambios de humor (55%), frustración (52%), cansancio (49%), vergüenza (44%) y sentimientos de soledad (30%). Cifras similares se observaron en niños y adolescentes, lo que refleja el profundo desgaste que la enfermedad genera desde las primeras etapas de la vida.
"Debemos darle al aspecto emocional el lugar que se merece en el marco del tratamiento, porque la enfermedad puede afectar directamente el desarrollo de la autoestima y cómo nos vinculamos con los demás", subrayó Valeria Angles, dermatóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires.
El informe destaca que la DA es una enfermedad fluctuante, con períodos de estabilidad seguidos de brotes. Esto se suma a las dificultades en el diagnóstico, que a menudo se retrasa por la minimización de los síntomas, la automedicación o el peregrinaje entre consultorios.
Angles remarcó que el diagnóstico precoz es clave para evitar complicaciones y orientar al paciente hacia la terapia adecuada. El estudio demostró que el acceso a tratamientos innovadores, como los biológicos, es limitado en el país. Quienes logran acceder a ellos reportan una reducción en la cantidad de síntomas, pasando de 3,7 a 2,7 en promedio, lo que evidencia la eficacia de un abordaje personalizado.
"La dermatitis atópica es mucho más que un problema de piel. Es una condición inflamatoria e inmunológica compleja que afecta la vida en múltiples planos. Necesitamos más conciencia, un abordaje integral y un mejor acceso a la salud", concluyó la especialista.