16/09/2025 - Edición Nº952

Internacionales

Ola ultraderechista

Más de 100.000 personas marcharon en Londres contra la inmigración

15/09/2025 | La capital británica fue escenario de una masiva movilización convocada por el activista Tommy Robinson, en medio de un clima político cada vez más polarizado.



Londres vivió este sábado una jornada que quedará en la memoria como una de las movilizaciones ultraderechistas más masivas de su historia reciente. Más de 100.000 personas marcharon por las calles del centro de la ciudad, ondeando banderas del Reino Unido e Inglaterra, portando símbolos como la cruz de San Jorge y hasta gorras con el lema estadounidense “Make America Great Again”. La protesta, llamada Unite the Kingdom (“Unir el Reino”), fue organizada por Tommy Robinson, activista reconocido por su discurso antiinmigración y por su trayectoria en el nacionalismo británico contemporáneo.


Tommy Robinson, líder ultraderechista británico, durante la marcha Unite the Kingdom en el centro de Londres, donde miles protestaron contra la inmigración.

La convocatoria se produjo en un contexto de creciente tensión social: hoteles y residencias temporales alojan actualmente a miles de solicitantes de asilo, y la difusión de estas imágenes en redes sociales ha alimentado un clima de polarización que recuerda a otras etapas de la historia británica. En los años 1970, el National Front organizaba marchas contra comunidades caribeñas y surasiáticas; en los 2000, el British National Party consolidó escaños en el Parlamento Europeo con un discurso centrado en la exclusión y la identidad nacional. El Brexit, con su promesa de “recuperar el control de las fronteras”, dio un nuevo impulso a estas corrientes, que hoy se manifiestan con mayor visibilidad y alcance mediático.

Para los organizadores, la protesta busca denunciar lo que consideran una “crisis migratoria” y exigir políticas más estrictas de control fronterizo. Para los críticos, es una expresión de odio racial que amenaza la cohesión social y pone en tensión principios históricos de derechos humanos y refugio. Los datos muestran que el Reino Unido recibe cada año decenas de miles de solicitudes de asilo, principalmente de Siria, Afganistán, Irán y Eritrea, un flujo derivado de conflictos armados, persecuciones y crisis humanitarias que no muestran signos de disminuir.

Más allá de las cifras y las banderas, la movilización ofrece una ventana al debate central del Reino Unido: cómo equilibrar la protección de la identidad cultural con la necesidad de responder a obligaciones humanitarias y políticas globales. La masiva presencia en Londres evidencia que la inmigración sigue siendo un tema divisivo, capaz de movilizar a multitudes y de reactivar discusiones históricas que atraviesan generaciones.

En definitiva, la marcha de este fin de semana no solo fue un acto político: fue un reflejo de tensiones profundas entre pasado y presente, identidad y diversidad, miedo y responsabilidad. Londres se convirtió, por unas horas, en un escenario donde la historia del nacionalismo británico volvió a caminar por sus calles, con banderas, cánticos y un debate que seguirá marcando la agenda de la sociedad en los años por venir.