
Con tono electoral y apelando a la épica del sacrificio, el mandatario afirmó que “los años más duros fueron los primeros, pero lo peor ya pasó”. Reconoció que “muchos no ven todavía los resultados en lo material”, aunque insistió en que el orden fiscal es la clave para no volver al “pozo de la inflación descontrolada”.
El Presidente reafirmó que el déficit cero es un principio innegociable, incluso más allá de las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). Según adelantó, el Presupuesto 2026 prevé:
- El menor nivel de gasto en relación al PBI en los últimos 30 años.
- Prohibición de financiamiento del Tesoro vía Banco Central.
- Una regla de estabilidad fiscal que obliga a recortar partidas si caen los ingresos.
- $4,8 billones destinados a universidades nacionales.
- Aumentos en jubilaciones (+5%), salud (+17%) y educación (+8%), todos por encima de la inflación estimada.
“Este presupuesto demuestra que la prioridad es el capital humano, ya que el 85% se destina a educación, salud y jubilaciones”, señaló Milei.
En paralelo, el Gobierno transfirió $12.500 millones en ATN a cuatro provincias con el objetivo de recomponer vínculos con los gobernadores. “Pondremos el esfuerzo en tener una relación más fluida”, dijo el ministro del Interior, Lisandro Catalán.
Sin embargo, la interna en la Casa Rosada sigue encendida: persiste el malestar del equipo de Santiago Caputo con el rol de Karina Milei y los Menem, lo que amenaza con complicar la negociación legislativa.
Detrás del tono optimista, lo que se proyecta es más ajuste. El paquete económico que acompaña al presupuesto incluye:
- Reducción de salarios estatales.
- Recorte de subsidios a energía y transporte.
- Poda de transferencias a las provincias.
- Reformas jubilatoria, laboral y social de alto impacto.
El Gobierno se fijó como meta un superávit primario del 1,6% del PBI, superior al que exige el Fondo Monetario Internacional.
El discurso fue rápidamente cuestionado por la oposición. El diputado Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de Trabajadores - Unidad (FIT-U), lanzó: “El equilibrio fiscal de Milei y el FMI es con el hambre de los jubilados, ajuste a las universidades, personas con discapacidad y todo el pueblo trabajador. Hay que derrotar a Milei y sus cómplices. Huelga general ya”.
El mensaje presidencial buscó instalar la idea de que la etapa más dura ya quedó atrás, pero la realidad que enfrentan los argentinos parece contradecirlo: inflación persistente, recesión y conflictividad social en aumento.
Más que un anuncio administrativo, la cadena nacional fue la puesta en escena de un Milei atrincherado en la lógica del ajuste, decidido a blindar el déficit cero como bandera. La gran incógnita es si podrá transformar la disciplina fiscal en mejoras concretas para la vida cotidiana.
Por ahora, la promesa de que “lo peor ya pasó” convive con un presente marcado por el malestar y la incertidumbre.