
En su visita a El Living de NewsDigitales, el dirigente barrial de La Boca cuestionó la falta de respuestas del Gobierno nacional frente a la crisis social y destacó el rol de los clubes, comedores y sindicatos como sostén fundamental en los barrios populares.
Juan “Perita” Longhi vive en La Boca desde hace más de 15 años y, desde que fue designado por Pablo Moyano como director del Comedor Infantil Pequeños Camioneritos, transformó su trabajo comunitario en una misión de vida.
“El barrio me adoptó y nunca más me fui. Empecé a compartir con la gente sus alegrías, sus tristezas y sus necesidades. Gobierno tras gobierno la situación empeoró y La Boca sigue siendo un barrio abandonado”, afirmó.
Con dureza, Longhi apuntó contra el presidente Javier Milei: “El Gobierno no aporta nada, solo recorta. Vemos cómo se le quitan recursos a los más vulnerables: medicamentos, traslados, apoyos a personas con discapacidad. Y lo más grave es la falta de sensibilidad del propio presidente, que se burla de quienes más necesitan contención”.
Para el dirigente, esas políticas tienen consecuencias directas en los barrios: “En cada familia hay alguien con discapacidad, alguien que necesita ayuda. Un presidente que insulta y desprecia a esa parte de la sociedad no puede garantizar derechos básicos. Es muy triste que tengamos un gobierno que ve a las personas como un gasto y no como ciudadanos plenos”.
Durante la pandemia, el comedor llegó a servir más de 2.000 raciones diarias. Esa experiencia, según Longhi, dejó en evidencia el rol clave de las instituciones barriales: “La gente encontraba en el club, el comedor o el centro cultural el único muro de contención. Nos organizamos entre varias organizaciones para sostener lo que el Estado no hacía”.
Ese trabajo continúa hoy frente al avance de la pobreza y la desocupación juvenil. “Los chicos no ven futuro. Para ellos drogarse en una esquina se volvió normal. Nosotros tratamos de darles otra salida: terminar la escuela, hacer deportes, tener un oficio. Pero solos no alcanza”, explicó.
Longhi destacó que muchos jóvenes que pasaron por el comedor hoy trabajan en la empresa Megalogística o participan de actividades deportivas en el Club Camioneros, donde miles de chicos acceden gratuitamente a fútbol, hockey, rugby, vóley y karate. Varios de ellos incluso llegaron a clubes de primera división y tres jóvenes del barrio se consagraron campeones mundiales de karate.
“Nosotros somos como un cuatro de copas, pero con lo poco que tenemos logramos sacar a 30 pibes de la calle. Imaginate si el Estado acompañara de verdad. El Gobierno de la Ciudad, con el presupuesto que maneja, debería tener un plan serio para los jóvenes, no hacer marketing en La Rural repartiendo currículums que no llevan a nada”, cuestionó.
Longhi no solo remarcó la ausencia del Estado en los barrios, sino que fue más allá al plantear una diferencia fundamental: “No es lo mismo una persona que cobre un plan que una persona que trabaje. Venimos del peronismo, de la doctrina de Perón, de dirigentes como Hugo y Pablo Moyano, que siempre sostuvieron que lo que hay que darle a la gente es trabajo con derechos: aguinaldo, vacaciones, obra social, ART. Eso es lo que dignifica y lo que permite a una familia compartir ese momento mágico de sentarse a la mesa”.
En esa línea, cuestionó la naturalización de los comedores comunitarios como respuesta permanente a la crisis: “Yo soy partícipe de que los comedores no tendrían que existir en ningún lado. La gente debería ir a su casa después de trabajar, mirar a los ojos a sus hijos y decirles: ‘Papá está trabajando, vamos a compartir la comida con lo que ganamos’. Eso es lo que da dignidad. Lo otro es emergencia, pero no solución”.
Para Longhi, el mensaje es claro: “Si el Estado no aparece, el futuro de los pibes lo seguimos sosteniendo los clubes, los sindicatos y los comedores. Pero eso tiene un límite. No puede ser que las organizaciones sociales sean las que hacen lo que debería garantizar el Estado: dar oportunidades, prevenir el delito, contener a los jóvenes y acompañar a las familias. Esa ausencia es la que más duele”.