
Arabia Saudita y Pakistán firmaron el 17 de septiembre un pacto formal de defensa mutua, en el que ambas naciones se comprometen a responder de manera conjunta frente a cualquier agresión externa. El acuerdo consolida una relación que se ha forjado durante décadas de cooperación en el terreno militar y estratégico, ahora elevada a un nivel institucional que envía un mensaje de fortaleza en un entorno internacional volátil.
El anuncio se produjo en medio de un escenario regional marcado por tensiones crecientes, incluyendo los recientes ataques israelíes en Qatar y la incertidumbre generada por la rivalidad con Irán. Aunque no se detallaron cláusulas sobre el alcance específico de la defensa conjunta, el pacto fue descrito como un marco que incluye "todos los medios necesarios" para garantizar la seguridad compartida.
Los vínculos entre Arabia Saudita y Pakistán no son nuevos. Islamabad ha desplegado tropas en el reino en distintas ocasiones, y oficiales saudíes han recibido formación militar en instituciones paquistaníes. Este acuerdo formaliza y amplía esa cooperación, transformándola en un compromiso explícito de apoyo recíproco ante amenazas externas.
Funcionarios saudíes subrayaron que se trata de un paso natural en una relación estratégica de larga data, y no de un gesto reactivo ante un único acontecimiento. Desde la perspectiva de Pakistán, el pacto fortalece su posición internacional y le otorga un papel más destacado en la seguridad regional, al tiempo que consolida su histórica cercanía con Riad.
La firma del acuerdo genera interrogantes sobre su impacto en el equilibrio de poder en Medio Oriente y Asia del Sur. Aunque no se menciona de manera explícita, el hecho de que Pakistán posea armamento nuclear añade un elemento sensible al pacto, que algunos analistas interpretan como un posible factor de disuasión indirecta. Sin embargo, no existen indicios públicos de que Islamabad haya extendido un “paraguas nuclear” a Arabia Saudita.
El entendimiento también puede afectar las relaciones con otras potencias de la región. India, rival histórico de Pakistán, ha mantenido en los últimos años un acercamiento significativo con Arabia Saudita en materia económica y energética. La institucionalización del eje Riad-Islamabad obligará a Nueva Delhi a recalibrar su estrategia regional.
HRH the Crown Prince and the Prime Minister of Pakistan sign the Strategic Mutual Defense Agreement. pic.twitter.com/JMJSaqaKUj
— Foreign Ministry 🇸🇦 (@KSAmofaEN) September 17, 2025
Para Arabia Saudita, el pacto representa una señal de autonomía estratégica en un momento en que busca diversificar sus alianzas más allá de la tradicional dependencia de Estados Unidos. Para Pakistán, supone consolidar un socio clave en un contexto de desafíos económicos y de seguridad interna.
El futuro del acuerdo dependerá de cómo evolucione la coyuntura regional y de la capacidad de ambas naciones para equilibrar sus compromisos con otros actores internacionales. Lo cierto es que este pacto abre un nuevo capítulo en la geopolítica de Medio Oriente y Asia del Sur, con implicaciones que podrían redefinir alianzas y tensiones en los próximos años.